Hemos Comido…en El Baruco de San Martín, ya hemos comido en múltiples ocasiones, pero cada vez sigue asombrándome.
Octubre 2014. En principio, me encontraba esperando a que viniera otro comensal, pero se retrasó, me llamó diciendo que empezara porque se le había complicado una reunión y que llegaría pero más tarde. Como ya estaba sentado comencé a picar unas raciones.
Mientras bebía una cerveza empecé por tomar media ración de salmón de Alaska marinado, para ir abriendo boca. Es algo delicioso, un suave marinado a base de soja, aceite, un pequeño toque de lima, unos piñones frescos sin tostar y alguna avellana. Cada día me gusta más este tipo de salmón, más dificil de encontrar que el europeo. En ciertos elaborados resulta superior, uno de ellos es este marinado, muy sabroso y recomendable.
A continuación me sirvieron de aperitivo, unos langostinos en tempura servidos sobre una tulipa de pasta filo. Perfectos de punto, crujiente la tempura y el langostino al dente, buenísimos.
Al final pagué la ración, la cerveza y cuando me marchaba por la puerta, después de esperar un buen rato, apareció el segundo comensal por la puerta, ocupamos el sito que había dejado vacio y ya comenzamos con la comida.
Este segundo comensal solo tomo una ración, con la que quedó satisfecho tanto en cantidad como por la elaboración del mismo, un wok de solomillo y verduritas.
Yo tomé de primero un atípico salpicón de marisco, compuesto por mejillones, pulpo, langostinos y las verduritas típicas de una vinagreta. Buenísimo, justamente aliñado con un aceite suave que no empañaba el sabor de los mariscos. Un riquísimo y diferente salpicón.
Y de segundo un hamburguesa con micuit. Una pedazo hamburguesa de tamaño XXL, donde la parte inferior del pan se encuentra escondida sobre una deliciosa cama de vegetales, aliñadas con una salsa de carne, panceta, una hamburguesa de buen calibre, queso de cabra a la plancha y coronada por un generoso pedazo de micuit. Vamos, para atravesar el desierto, buenísima.
Este es el resultado de una ración más un menú fin de semana, de lo más ajustado en precio y rebosante de calidad.
Por cierto, yo sí tomé postre pues es algo que aquí me encanta. Casi siempre son postres basados en frutas, unas veces cocinadas y otras naturales, pero siempre con el común denominador de estar fresquitas. No aparece el precio de la ración anterior pues la pagué, ya me iba y no recogí la nota. Seguiré volviendo y volviendo cada vez que pueda, no dejan de sorprenderme.