Hoy…Menú concertado de invierno, en El Túnel, Laredo.
Nos hemos reunido unos buenos amigos y pensando, en sitios donde comer a mediados de febrero, volvió a salir el nombre del túnel. La verdad es que la idea me agrada enormemente después de la experiencia de este verano y me motiva la curiosidad de ver cómo Javi, Mónica y su equipo se desenvuelven con productos de invierno, dado que los pescados, mariscos y verduras de verano no dejan a nadie callado.
Como tengo idea de plasmarlo en el blog y sé que Mónica se pone muy nerviosa, Loren se encarga de la reserva, siempre quieren dar un poco más de sí y realmente no lo necesitan, desde el primer plato se ve a la gente disfrutando, con caras de satisfacción.
Entramos a las dos y media, el bar a rebosar y la barra también, pinchos, raciones y unos platos de Quisquillón, Caracolillos y Boquerones que no se pueden dejar pasar sin fotografiar. Como el día es realmente gélido nos han montado la mesa dentro y lo agradecemos tanto nosotros como Raquel, que hoy va a ser la camarera encargada de nuestra mesa. Sonrisa imborrable, y atenta hasta el mínimo detalle, perfecto!!
Como sabemos que “el padre nuestro” de este local es la cocina de mercado y el mejor producto de cada momento, le hemos encargado un menú de unos 40 euros sin más.
Raquel nos dice que va a ser un menú degustación (pero agradecido) que constará de un entrante y aperitivo, siete platos y postres, he comido aquí varias veces y empiezo a preocuparme.
Comienza la comanda con un aperitivo, un Vermut de Solera, bien preparado y presentado, con éste se acompaña el primer plato, un Pincho de Tomate Natural, Queso de Cabra y Anchoa del Cantábrico sobre Tosta de pan de Maíz, mezcla de sabores y una anchoa espectacular de presencia. Antes de recoger los Vermuts, nos presentan el vino elegido, un Ribera del Duero Pruno 2014, el cual es prácticamente Tempranillo con un toque de Cabernet, un vino de la finca Villacreces situada en la localidad vallisoletana de Quintanilla de Onésimo, de gran aceptación popular y buena demanda, ideal para comidas contundentes.
El primer plato son unas Rabas de Bogavante, sacadas de la carne de las patas y rebozadas con varios tipos diferentes de harinas, son una delicia y pese a sacar tres raciones, muy decentes, para los ocho, las hacemos desaparecer en poco tiempo, bien acompañadas por el amigo Pruno.
El siguiente plato a servir, son unas Almejas a la Marinera con Gambas, este tiene y debe ser un plato obligado en este establecimiento siempre que os acerquéis por El Túnel, la salsa es un espectáculo y raro es el día que no recogen los platos “rondados hasta en más absoluto desecado de su salsa”, es la primera vez que pruebo la combinación con la Gamba, en esta ocasión el tamaño de la Almeja lo permitía.
Tercer y último entrante, un par de Ensaladas de Cecina con Queso de Cabra, Tomates desecados y Vinagreta de Miel, el equipo no baja el nivel de calidad ni de ejecución, estamos encantados.
Acabados los potentes entrantes, comienza el carrusel de los platos más elaborados y de temporada. Primero, una cazuelita de barro con una ración de Cocido Montañés con la Alubia de Liendo, Berza de Cántaro y la matanza de Tarrueza, la Alubia de Liendo es muy codiciada y cuando las pruebas te das cuenta del porqué, no se nota la piel y es como puré, la matanza, pues éso, en esta zona, “el Chon” es un animal que forma parte de la cocina y se le cuida para la comida de casa, poco más que decir.
Bueno sí, deciros que Vicente, incluso estando ya jubilado, no había probado jamás el Cocido Montañés, no lo ponderó en exceso, pero, la cazuelita quedó impoluta, para mí que le encantó, jejeje.. Vicente, mi abuelo decía “Alubias, Berza y Chon… juntos? la pasión” y no solía equivocarse.
El momento del plato estrella de Laredo llega a escena. Febrero, invierno, Laredo… no puede ser de otra manera, especialidad de la casa y obligado en la Villa Pejina, Los Respigos!! Seleccionando las hojas tiernas del nabo, se cuecen cambiando dos o tres veces el agua y posteriormente se estrujan varias veces, todo ello para quitar el amargor, hasta dejarlos completamente secos. Se fríen unos buenos tacos de Tocino y Ajo picado hasta casi dorarse, se añaden los Respigos y se empapan en el aceite. Una manera típica de servirlos es en Cazuela de Barro acompañados de Huevos Fritos y Chorizo al gusto (fresco, frito o asado), orgullo de la zona y plato que no ha faltado en ninguna de las mesas servidas hoy e incluso lo he visto como aperitivo en la barra.
Felices vemos como el vino nos va ayudando y nos llega el pescado en forma de Bacalao al Pil pil. Javi y Mónica tienen bien delimitadas y repartidas sus áreas, Mónica se encarga del producto y la cocina y Javi del servicio, proveedores y el bar, pero como siempre hay excepciones, Javi lleva tiempo tentándonos con “Su Bacalao” ya que este plato es exclusividad suya y en este menú nos lo ha introducido. Tres fuentes de Bacalao, grueso, blanco y con una salsa muy bien ligada, a mí me encanta coger un pedazo grueso y darle un toque con el tenedor para ver si el punto es el óptimo y si no se rompe, y se desliza en láminas, señal inequívoca de que está perfecto y como podéis ver en la instantánea, así ha sido, enhorabuena Javi, tenías razón, lo clavas.
En un menú completo no puede faltar la carne y el Túnel tiene otra joya de la gastronomía Cántabra, la Carne de Tudanca, sacan dos buenas chuletas acompañadas de sus Pimientos Rojos y por si fuera poco otro par de bandejas de Patatas Fritas Caseras, carne de monte, pero muy bien tratada, tierna y sabrosa.
Cuando sacan los postres, otra vez festival de cantidad y variedad, ocho porciones de dos tipos de Tarta, Tiramisú y de la Abuela, frescas, muy jugosas y para nada excesivamente dulces, tres bolas enormes de helado de Vainilla con Nata y un toque de Caramelo líquido y unos chupitos de Pedro Ximenez de una calidad digna del Túnel.
Los cafés de rigor y un remate final para que probásemos un par de sus últimas adquisiciones, Licor de Hierbas Ibicencas de Mari Mayans y Licor de Frambuesa de Paco y Lola, una Bodega de Rías Baixas muy moderna y que está en auge, su licor, sin sabor a alcohol, resulta de un toque sutil, no parece que su base sea el orujo ya que el punto en boca siempre predomina el fruto. Excelente remate.
Pues como en otras ocasiones, el equipo al completo de El Túnel ha superado las iniciativas, demostrando que lo suyo es lo que siempre puntualizan “producto, producto y producto”, la cocina es sencilla, pero con una calidad excelente, se juega siempre con los productos y platos de temporada y eso sí, siempre siguiendo la buena estela de sus antecesores, y en este caso, El Curro, es una leyenda viva de la gastronomía pejina.
El precio total de la comida fue de 337,60, pero tener en cuenta que tanto el aperitivo de Vermut con el pincho y los chupitos finales fueron invitación de la casa.
El Túnel, “Taberna Marinera” de antes y de ahora, donde nunca falta el buen ambiente y donde, salvo excepciones contadas, siempre se sale con una sonrisa en la cara. Apuesta segura de esta villa marinera.