Hemos comido en Cáceres,en el restaurante Mastro Piero gastrobar.
Solemos parar en Cáceres camino del sur y está vez hicimos noche. Aprovechamos para conocer algo distinto fuera de la zona turística de la plaza mayor y alrededores.
La sorpresa fue Mastro Piero un restaurante con jardín en el casco antiguo lo que agradecimos en la noche cacereña.
Fuimos con la intención de probar algo distinto y la verdad que el acierto fue total.
Como fuimos pronto no necesitamos reservar,nos colocaron en una mesa desde la que podíamos disfrutar de la vista de un jardín con palmeras,la noche acompañaba.
Nos presentaron una carta que nos abría la oportunidad de probar platos a priori muy apetecibles.
Nos decidimos de primero por un canelón de aguacate relleno de txangurro y langostinos, combinación está que resultó deliciosa.
Lo siguiente fue aguacate a la llama relleno de huevo escalfado,salsa de foie,jugo de carne, aceite de trufa y sal de jamón. Portentoso este plato de texturas y sabores, que te sirven en medio aguacate en cuyo hueco va el huevo escalfado bañado del resto de los ingredientes y que al cortarlo hace que la yema se desliza e inhunde de color y sabor el plato y se combine con el resto de los ingredientes.
Sólo por este plato merece la pena volver.
Seguimos con un solomillo de ternera extremeña sobre puré de apinabo,shitakes encebollados y jugo de carne. La ternera extraordinaria y en su punto, supongo que era de raza retinto, aunque no lo pregunte. Para finalizar de postre probamos la torrija con miel de Villuercas y helado de leche merengada,fue lo menos novedoso , pero delicioso.
Para beber copa de verdejo ,caña de cerveza y agua.
El servicio muy atento , simpático y profesional.
El precio incluido un café 57 euros, impresionante para la alta calidad de la cena.Volveremos seguro