Hemos Comido….en el Machinero, hablar de este restaurante en mi casa es tener a mi hija pendiente de si hay previsto reservar mesa próximamente, le gusta un montón.
Junio 2018. La razón es muy simple, Fernando fue el primero que le adaptó un menú degustación sin gluten y salió encantada, como cada vez que vamos. No solo ella sale encantada de la visita, a los tres siempre nos ha gustado (dos celiacos). En la quincena del pincho también nos adaptó los pinchos, por supuesto siempre avisando. Así que el sitio le encanta, ya que no le falla nunca, en otros lugares le prometen el oro y el moro, y a la hora de la verdad «na de na».
Juvé y Camps Reserva de la Familia, uno de los habitules a nuestra mesa, perfecto de temperatura, un buen amigo en un día caluroso como el que nos tocó.
Crema de apionabo en dos texturas. Sorprendente, una crema fría que añadir a la oferta de sopas veraniegas de este estilo. Para los tres resultó novedosa y muy sabrosa, buen comienzo.
Espárragos frescos de Navarra con pesto verde. Espárrago fresco bien elaborado, justo de punto, bien limpio y con gran sabor, también nos gustó mucho a los tres comensales. Lo cierto es que las verduras, tan bien preparadas, es algo que nos entusiasma a los tres.
Pulpo a la plancha con patatas y mojo de tomate. Un buen taco de pulpo con textura de tal, terso y sabroso. Un pulpo a feira que no tiene nada que ver con el clásico, pero que da gusto comer.
Salmonetes de roca con wok de verduras. No pienso contar ninguna milonga, pero los salmonetes no me gustan nada, se los pasé a los otros comensales, me comentaron que estaban buenísimos, muy frescos y bien de punto. Yo no puedo con ellos y mira tú por donde era el pescado favorito de mi padre. Eso sí, las verduras que acompañaban estaban de lujo, al dente.
Cordero entre asado con hongos. Para terminar, todo un clásico de la cocina española, el cordero, y he aquí una manera diferente a la tradicional, un guiso de cordero que no se lo salta un gitano, bien desgrasado y de gran sabor, con un justo toque de hongo.
Helado de yogur y crema de limón de Novales. Las cremas de limón son algo que habitualmente ocultan el resto de la composición en la que intervengan, pero esta resultaba más aromatica que ácida, un complemento perfecto a un buen helado de yogur.
Petis fours con el café, diferentes a la norma, muy buen fin de comida.
Y para terminar, un buen cubata y un gin tonic. Todo por un precio de 25€ por comensal, bodega a parte. Recomiendo la visita, el comedor está muy bien aunque la ubicación del restaurante no sea en el Paseo de Pereda, pero merece la pena un menú de estas características a este precio y que habitualmente se cambia todos los meses, eso sí, solo está disponible en fin de semana.