Hemos Comido…en Las Carolinas, comer aquí siempre es sinónimo de buena atención y elaboración, aun siendo una escuela su oferta gastronómica nunca me ha decepcionado, es más casi siempre sorprende.
Diciembre 2015. Mi hija diría que es el restaurante que más le gusta de Santander pues le aporta seguridad, para un comedor celiaco es algo muy importante y les quita un gran peso de encima saber que le están atendiendo con conocimiento de su dolencia, y esta despreocupación redunda en hacer mucho más gratificante una comida.
Este día se presentó en La Vermutería Solórzano, el vermut Santander, estaba invitado pero no pude asistir entre otras cosas por que coincidía con mi horario de trabajo.
Pero Alfonso Fraile ya disponía de él y me hizo las presentaciones. El vermut Santander se obtiene de una base de uva monastrel de Jumilla con la que se obtienen unos vinos base de unos 18º, en el ensamblaje hay vinos envejecidos hasta 7 meses en barricas de roble. Para darle dulzor sin añadir azucar, después de la maceración con hierbas aromaticas se le añade vino procedente de uvas pasificadas con lo que también se le rebaja el grado alcohólico a 15º.
A nivel olfativo destacan especies como la canela y la manzanilla, algo de ajenjo y regaliz, hay un gran equilibrio entre dulce y amargo, lo que le hace perfecto para tomar con una gran cantidad de hielo como un aperitivo que es. Me resultó un trago muy atractivo y perfecto para la mañana, muy refrescante.
El día amaneció de lo más agradable, tanto que se podía haber comido en la terraza. Como sabeis los que me seguís prefiero comer a cubierto, pero hubo gente que comió en la terraza aprovechando la buena temperatura, otros de celebración navideña habían llenado el pequeño comedor que da al jardín. Llegamos justo a tiempo antes de que se presentaran dos mesas grandes, lo que complica bastante el servicio.
Yo comí con una copa de Primero, nuestro particular beaujolais del que ya había probado la última añada Fariña y Caracoles en Melly y mi hija con moscato, ese vino italiano tan de moda últimamente.
Para los no celiacos hay tres tipos de panes donde elegir, para los celiacos el bollo horneado en el envase típico de la oferta hostelera.
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Como aperitivo bienvenida dos diferentes uno para mi y otro distinto apto para celiacos.
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De primeto tomé un cebiche de lubina, acompañado de cebolla roja, maiz, diferentes lechugas, ají y sal negra. Estupendo, de los mejores que he probado, sutil toque de lima y sabor superior, delicioso, tanto que mi hija se quedó con ganas de uno después de probar un poco del mío.
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Ella tomó un micuit de primero. Le gustó, pues lo puso en mi conocimiento. Le tostaron pan para celiacos, este tipo de pan por llamarlo de alguna marera, resulta más comestible cuando está caliente, así que lo agradeció, le supo mucho mejor este primer plato acompañado de esta manera.
De segundo tomé pochas con mejillones y almejas. Muy buenas, una elaboración con un marcado sabor a mar, con un sabroso sabor a verduras y una pocha fina y perfectamente elaborada, muy buenas.
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El otro comensal tomó tronco de merluza en papillote. El Papillot o papillote es una técnica de cocina que consiste en la cocción de un alimento en un envoltorio resistente al calor, como puede ser un papel de aluminio. El alimento empleado en esta técnica suele ser de consistencia blanda: generalmente pescados de diferentes tipos o verduras frescas.
El papillot se empieza a elaborar con aceite/mantequilla aplicado sobre su superficie, posteriormente se suele cerrar herméticamente con el alimento a cocinar de tal forma que al introducirlo en el horno el envoltorio se hincha debido a la presión del vapor y cocina con sus vapores el alimento, se sirve muy caliente.
El tronco de merluza venía acompañado de tomate, zanahoria y cebolla, le gustó muchísimo.
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Tomamos dos postres. Un strudel de manzana, el strudel es un tipo de pastel originario de Europa central y que se asocia frecuentemente con la cocina alemana. Mi acompañante tomó mascarpone con frambuesas y nueces, un buen final de comida.
En resumen, un menú de lo mas apetecible con uno de los mejores RCP de Santander, nunca me defrauda este sitio y mi hija siempre está deseando de repetir. Que poco vamos a tardar en volver.
Por El Mule