Hemos Comido…en el Hotel Escula Las Carolinas, por primera vez este curso.
Ya nos tenía preparado Alfonso el cava bien frío, un cava que habíamos probado hace poco en la asociación de sumilleres, un Castell Sant Antoni, un buen y conocido cava.
De los tres uno celiaco, pero sin problemas, nunca los hemos tenido por esta dolencia cuando acudimos a Las Carolinas, eso sí hay que avisar. Los clásicos aperitivos que ponen al inicio son diferentes para el comensal celiaco.
Junto con el aperitvo nos sirven el pan, y el pan para celiacos es ni más ni menos que Triticum, una de las marcas de más calidad en panes de nuestro país.
Tomé de primero un ajoblanco con zamburinas. Bueno de sabor, pero con una textura similar a la bechamel, demasiado sólido, pero como todos sabemos estamos en una escuela de cocina.
Otro de los comensales tomó alcachofas con jamón. Buenísimas según su criterio, el aspecto lo era.
El tercero tomó una berenjena al horno.También de su agrado.
De segundo tomé bacalao Skrei. Con un punto justo de cocción, un buen chorro de aceite y acompañado de unas verduritas. Buenísimo este segundo, tapó la ligera manchita del primer plato.
Otro de los comensales, en concreto el celiaco, tomó un cebiche de corbina, le gustan mucho este tipo de elaboraciones, esta también.
El tercero optó por una clásica chuleta, acompañada de unos pimientos en tiras bien buenos y unas patatas fritas con piel.
Volcán de chocolate.
Panacota.
Para el comensal celiaco macedonia de fruta.
Con el café unos bombones de agua de mar.
Las Carolinas sigue como siempre, una escuela hostelería única, con un pequeño hotelito en el centro de Santander, en casa es uno de nuestros lugares preferidos y siempre que podemos repetimos.