En eso no hubo dudas, quería celebrar su cumpleaños en Las Carolinas, así de segura me lo hizo saber y reservamos.
Mayo 2015. Nos acercamos a comer y el evento resultó, como siempre que venimos a este lugar, un acierto. Al final del artículo os dejo un video con la más famosa celebración de cumpleaños de la historia, la que propició Marilin Monroe en homenaje al presidente de los Estados Unidos, John F. Kenedy.
La comida la acompañamos en su totalidad con un Yenda, ya conocido de todos los comensales y que figura entre nuestros favoritos de Costa de Cantabria.
Comenzamos con unos aperitivos nada más tomarnos la comanda: gazpacho, bacalo con pimientos y una croqueta. Por cierto, la comida fue para celiacos, pues dos de los comensales lo eran.
Dentro de los primeros tomé bonito es escabeche. Escabechado justo, acompañado de unas verduras y de pimiento asado. Mi primer bonito de este año. Los escabeches cada día me gustan más y si son como estos mejor, un gran taco de bonito y su justo punto de escabechado, una elección perfecta.
Otro comensal tomó mousaka. La mousaka es un plato tradicional de los Balcanes y el Medio Oriente hecho a base de berenjenas. La versión griega, que es la más conocida internacionalmente, consiste de capas de carne picada, berenjena en rebanadas, y tomate, cubierto de una bechamel y horneado.
En este caso al ser celiaca la comensal se eliminó de la receta la bechamel, pero aún así recibió una nota muy alta el plato.
El tercero de los comensales comenzó con unos espárragos frescos de Navarra con salmón ahumado. Era la primera vez que tomaba espárragos blancos frescos y le sorpendieron, gustándole muchísimo más que los habituales de lata.
El comensal de la mousaka tomó de segundo una lubina con setas y alga wakame. En un principo dudó, pero después no se arrepintió pues le agradó todo, desde el buen punto de la lubina hasta las algas que la acompañaban, pasando por las setas, muy de su agrado.
De segundo tomé un risotto con langostinos. Buena y cremosa textura, típica del risotto y un excelente sabor a langostinos, un arroz muy recomendable.
El otro comensal tomó un entrecotte, sobre el que no hay mucho que decir pues a la vista de la fotografías queda todo dicho.
De postre tomé una tarta de manzana distinta a la que se suele prodigar por los alrededores, diferente, me gustó. Y mis acompañantes un culan de chocolate, elaborado para celiacos, del que estuvieron hablando el resto de la tarde debido a lo dificil de encontrar un postre similar a los que contienen glutten y que las entusiasmó.
El precio no os lo pongo pues es una celebración, pero haceros una idea vale 22€ el menú por comensal, muy pero que muy bien. Con el café nos sirvieron unos petit fours: sopa de melón y tarta de queso, también para celiacos.
Como siempre que venimos aquí, nos vamos deseando volver pronto.
Por El Mule