Hemos Comido…en La Villa de Santillana, en Torrelavega, el más clásico de los restaurantes torrelavegenses.
Julio 2017. Cuando digo el más clásico no es por afear el tipo de cocina, ni mucho menos, sino todo lo contrario, es un lugar donde sabes que no fallas. Nos invitaron a comer la organización del I concurso AFCA quesos de vaca de Cantabria, donde participé como jurado y que resultó toda una experiencia desde donde observar la cantidad y calidad de quesos artesanos que se elaboran con la leche de nuestras vacas en Cantabria.
Pues después de probar unos 35 quesos diferenetes no podíamos tener mucha hambre, así todo nos acercamos a comer pues llevábamos desde las nueve de la amañana de pie inmersos en el concurso y estabamos bastante cansados.
Había más de un habitual del restaurante entre nosotros, éramos seis comensales, los habituales nos enaltecieron las bondabdes de los puerros rellenos, que yo no había probado nunca. Este fue el único entrante que tomamos todos los comensales, dos puerros por barba.
Ciertamente que están ricos ricos, es un puerro rebozado con jamón en su interior y con una bechamel con algo de tomate, que está de auténtico lujo, pero lujo asiático, cuando acabas con los puerros arremetes con la salsa con una buena cantidad de pan en ristre, todo se te hace poco, muy recomendable.
Los otros comensales optaron por un Emilio Moro 2014, yo como tenía que volver para Santander al acabar la comida bebí agua.
Entre los comensales hubo repeticiones, tomaron bonito al horno con tomate, con un aspecto bueno y un olor mejor que delataba lo artesano del tomate.
Entrecote de tudanca, de este sí probé y resultó estar extraordinario, muy bien de punto, una pieza justa de maduración y de muy agraciado sabor.
Tomé lechazo, una de las especialidades del lugar, hecho lentamente, como debe ser, al horno, con un punto exacto de jugosidad y una buena ración, acompañado de unas patatitas que beben de la salsa lo que les confiere un sabor inigualable, muy recomendable la ración.
De postre no podía ser otra cosa, tarta de Santos, buenísima como siempre.
Por El Mule