Hemos Comido…por primera vez en este lugar cuando me toóo hacer la mili y en el campamento un fin de semana nos fuimos a Vigo.

Y después en múltiples ocasiones hemos vuelto, la realidad es que no es un restaurante pero es un lugar tan especial que no está de más hacer referencia a él. Las primeras veces que fui te servían las pescadoras bien unas ostras, unos mejillones, unos berberechos o unas almejas, que en connivencia con los bares de la zona te proveían de liquido para amenizar la degustación, el sitio siempre fue de lo mas salao, amenizado por ese desparpajo de las pescadoras y el ambiente de feria que siempre se respiraba en torno a este mercado.

A principios del siglo XX, con la caída de las murallas de la ciudad y la ampliación del Puerto de Vigo, el Mercado de la Piedra se convirtió en un espacio para la venta de productos de elaboración artesanal como quesos, pan, dulces, así como de productos que venían de América y de otros puertos europeos azúcar, café, tabaco, etc.

Actualmente, el Mercado de la Piedra de Vigo es un edificio moderno que sin perder la esencia de su origen, es un punto de encuentro de todos los que visitan la ciudad, por la amplia y atractiva oferta comercial y hostelera que ofrece en sus renovadas instalaciones. 

 
 
 
 
 
 
 
 
  

La Calle de las Ostras

Desde Galicia Para El Mundo queremos llevarles ahora por el Vigo de las ostras

La Calle de las ostras es uno de los principales atractivos de la ciudad de Vigo. Dominan la calle, ahora cubierta y modernizada, los pequeños puestos de las mejores ostras del mundo que se venden por docenas, abiertas al momento, los bares y las tiendas y un mercado de interesante historia.

Hay varias formas de entrar en Vigo. Si lo hacen por mar llegarán a la zona del náutico, pudiendo contemplar la maravillosa ría y adentrarse en la estación marítima.
Una vez en tierra hay quien prefiere darse un paseo por el arenal, aunque los más curiosos se inclinan más por callejear por la llamada zona vieja.
Detrás del hotel bahía se esconde el mercado más conocido de la ciudad y que en otro tiempo fue lugar de misterio y contrabando.
Así los que querían tabaco rubio barato, sedas de la india o una alfombra persa se acercaban hasta este mercado de la piedra.
Se trata casi del puerto franco de Vigo, como le llaman los propios comerciantes.
Ya nada tiene que ver con la piedra de hace 10 años. Está totalmente remodelado y sus instalaciones son dignas de cualquier centro comercial.
Antiguamente se vendían productos exóticos que los marineros traían de otros paises, ahora se vende ropa de marca “de imitación” a muy buen precio. No faltan tampoco, como buena ciudad turística, las tiendas de souvenirs, que rodean toda la zona.
A esto hay que añadir el atractivo de encontrar justo al salir del mercado la calle de la Pescadería totalmente reformada y cubierta. Es la calle de las ostras, ya para los vigueses, uno de los principales atractivos de la ciudad.
Los turistas que se acercan hasta aquí no se pueden marchar sin haber degustado nuestro marisco, puesto que son abundantes los restaurantes que aquí se encuentran. Esta excursión por ejemplo con gente de Murcia, de Valencia, de Benidorm. No dudaron en hacer una parada a media mañana. Y es que las ostras que estas señoras de Arcade traen cada día se vuelven irresistibles. Sólo tienen que hacerse con un plato y en el bar les servirán la copita de vino y el limón. Un buen aperitivo antes de comer.
Después podrán seguir disfrutando del encanto de la ciudad vieja por la zona de los vinos, sentarse a disfrutar de la calma de la plaza de la constitución o volver al puerto. De donde salen los grandes cruceros que dejan de verse al pasar las Cíes.

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