Hemos Comido…en La Pepita, tras una primera incursión de lo más satisfactoria, nos acercamos a descubrir algo más de la carta.
Marzo 2017. En esta ocasión éramos tres comensales, dos de ellos celiacos con el aliciente de la visita anterior, la carta contempla una comida celiaca, y como parte de la carta las hamburguesas también. Se nota que hay formacion en torno a esta dolencia pues los camareros saben constestar a la mayoría de las preguntas al respecto y en caso de duda consultan en cocina.
Aun siendo una franquicia se diferencia bastante de la tónica general de estas, hay una gran diferentcia de calidad y de ingredientes, además aquí se cocina, algo que se nota en lo que te sirven.
En la carta tiene una serie de entrantes que marcan la diferencia con ofertas similares. Nosotros tomamos escalivada con queso de cabra. Los pimientos, la berenjena y la cebolla perfectos de punto, para mí sobrara el queso de cabra, pero para gustos se han hecho los colores, a los otros dos comensales les encantó y por supuesto libre de gluten.
Otro de los alicientes es que tienen diferentes vinos y que se sirven por copas si se quiere. Uno de los comensales pidió la hamburguesa Chaparrita, que ya conocía. Hamburguesa de buen tamaño, tomate, lechuga, cebolla roja, bacon, guacamole y jalapeños, como la vez anterior le gustó un montón y el pan tambien, aun siendo pan para celiacos le gustó.
Yo me tomé una Summun, una hamburguesa de 220 gr de buey, con queso, tomate, lechuga y cebolla. Gran grosor de hamburguesa, justa de punto, rosita y acompañada de un pan que quita el hipo. Buenísima, llevo toda la semana pensando en volver a por otra.
La otra comensal también celiaca se tomó una Sorrentina, rúcula, mozzarella fresca fundida, orégano, tomate seco en aceite de oliva y cebolla crujiente. En este caso le cambiaron la cebolla crujiente por pimiento, debido a que la esta cebolla contiene gluten, este comensal se estrenaba en estas hamburguesas y le encantaron, deseando repetir, y las mejores que ha disfrutado hasta ahora.
También pedimos unas patatas gruesas aptas para celiacos que nos gustaron, una buena fritura.
Y también hubo postre. Yo tomé crumble de manzana, muy bueno. El crumble es un pastel con frutas. Se elabora con diversas frutas que se recubren con una masa de harina, manteca (generalmente mantequilla) y azúcar. Todo ello se introduce en el horno. Se suele servir como postre caliente acompañado de natillas, nata, helado o compotas de diferentes frutas.
Y un coulán calentito relleno de chocolate que también les gusto a los otros dos comensales. Este era sin gluten.
Esta hamburguesería escapa a la tradicional calificacion de Fast Food, añade un toque de distinción a este tipo de franquicias y se diferencia sobre todo en calidad y servicio, en precio también, es más caro, no podía ser de otra manera, si quieres calidad hay que pagarla pero tampoco resulta excesivo, para mi tiene un correcto RCP.