De vez en cuando me vienen a la cabeza los guisos de La Radio.

Un local con mucho encanto donde existe un apartado fuera de sus rabas, pescados y mariscos, buque insignia de la casa.

Los guisos que atesora en su cocina son una maravilla y siempre que me acerco con Alfonso caemos en la tentación.

Hoy era un día demoniaco de verano, las calles de Santander VACÍAS en plena canícula. Si algún valiente se atrevía estaba cobijado por una sombra; eso sí, la playa estaba hasta la bandera.

De acuerdo con Murphy hoy el aire acondicionado de La Radio no funcionaba y la sudada estaba garantizada, pero eso es harina de otro costal, más de uno/a imploraba que lo encendieran, pero iba a ser que no.

✅Comenzamos con ensalada de tomate. Tomate, aceite y sal, una buena ración, entraba solo.

✅Para continuar una ración de las que intento no perderme en este lugar, la oreja a la plancha con salsa barbacoa. Esta ración me encanta, con su ligerillo picante y su textura tostada, todo colágeno, deliciosa. Un aperitivo de siempre, maravilloso.

Patatas a la importancia con gambas y almejas. Otra buena ración de las que aquí se cocinan. Las patatas están rebozadas y con la salsa, fruto de las almejas y las gambas, más una salsa verde el resultado es de chuparse los dedos y por lo que me fijé en otras mesas desfilaron unas cuantas.

En fin, todo sigue en su sitio en este tradicional restaurante, buenos precios, raciones generosas y una buena atención. El único pero: el calor.

Por El Mule

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