Comida en La Loma del Chonuco, despliegue de vinos y viandas de gran influencia cantábrica.
La comida estuvo acompañada de cinco vinos diferentes.
Comenzamos con un Bermejo malvasía volcánica brut nature. Un espumoso que me sedujo al primer sorbo, fresco, intenso frutal, sentí mucho que se acabara.
Comenzamos con unas alcachofas con cecina y paté, todo un clásico, confitada y planchada.
Continuamos con cecina, estaba tan buena la que acompañaba a las alcachofas que quisimos ampliar.
Bermejo malvasía volcánica seco. Seguimos en la misma bodega, suave y glicérico, muy varietal, con toques a limón, hierba seca y melocotón. Final muy largo.
Fusión total, tortillas de jijas y queso, de las mejores que he tomado.
Louro do Bolo Godello de Rafael Palacio, Valderooas. Es fresco y graso, frutal. Su final en boca está marcado por la mineralidad salina que le aporta personalidad y carácter.
Mini cachopo, y comimos tres, cómo será el standard. Además muy bueno, buena carne, cecina de la anterior y un leve toque de buen queso. Aquí el cachopo es religión, aunque el cocinero sea gallego.
Frore de Carmne albariño doble lias. Graso, con mucho peso en boca, equilibrado, con una gran frescura y mineralidad. Cítricos y acidez bien integrada. Sabroso, largo y persistente.
Barbadas al pil pil, buena barbada, muy bien hecha y ración muy generosa.
Quesos de Cantabria para finalizar.
No se podía terminar de otra manera que con un Don Px 1990 de Toro Albala, lujuria en la copa.