Volver a La Coteruca, en Cantabria, es reencontrarse con una cocina en vías de extinción
La cocina económica —no confundir con “económica” en el sentido de precio— es un sistema de cocción a fuego continuo, muy típico en casas antiguas y utilizado históricamente por las guisanderas, esas cocineras que definieron gran parte de la tradición culinaria del norte de España. Aquí, en La Coteruca, todavía es el corazón del restaurante.
El establecimiento lo regentan las hermanas Marián y Nuria García Cabielles. Nuria se encarga de los fogones, mientras Marián atiende las mesas, aunque ambas se intercambian los papeles según lo necesite el ritmo del día. En ocasiones, se suma el resto de la familia para echar una mano. El resultado es una atención familiar, cercana, en la que el comensal se siente acogido desde el primer momento.
Una experiencia gastronómica sin carta escrita
En La Coteruca no hay carta impresa. Tanto los platos del día como los vinos se cantan al cliente, una costumbre que recuerda a las casas de comidas de toda la vida. Esta elección refuerza el concepto de cocina de temporada y producto fresco. La selección de vinos, aunque breve (unas veinte referencias), está bien escogida y acompaña a la perfección los sabores potentes de sus platos.
El restaurante ofrece menú del día y también opciones a la carta. El menú es generoso, con primeros platos de cuchara que varían según disponibilidad: alubias blancas o rojas, cocido montañés, garbanzos, patatas guisadas o sopas tradicionales. Los segundos giran en torno a la carne, especialmente de raza tudanca, procedente de la ganadería de sus hermanos: estofados, chuletas, solomillo, albóndigas o filetes.
Un menú tradicional de alto nivel
Durante nuestra visita, comenzamos con caricos, una legumbre autóctona de Cantabria de pequeño tamaño y textura suave. Fueron, sin exagerar, de los mejores que hemos probado en mucho tiempo.
Le siguió un cocido montañés, potente y bien resuelto, acompañado de un compango tradicional (morcilla, chorizo, costilla…), generoso en cantidad y sabor.
Como segundos, compartimos unas albóndigas jugosas, con una salsa de cebolla que bien podría venderse por separado, y un guiso de carne de tudanca, otro de los puntos fuertes de la casa. Cocción larga, ternura máxima, sabor concentrado.
Para rematar, una chuleta de tudanca, bien madurada, sin artificios ni decoraciones innecesarias: solo carne sabrosa, punto perfecto y producto de calidad.
Postres caseros y reconocimientos
Los postres no decepcionaron: flan de queso, tarta de queso y arroz con leche, todos hechos en casa. Un broche dulce que respeta la línea tradicional del resto del menú.
El reconocimiento a esta cocina llega también desde fuera. La Guía Repsol ha otorgado a La Coteruca un merecido Solete, una distinción que premia aquellos locales con encanto propio, cocina auténtica y trato cercano.
En resumen
La Coteruca es mucho más que un restaurante. Es un lugar donde la cocina tradicional cántabra aún se defiende a fuego lento, con ingredientes del entorno y una atención sincera. Un sitio donde no hace falta leer la carta para saber que se come bien.
Ideal para quienes buscan guisos auténticos, producto local y el sabor de siempre, sin artificios ni modas pasajeras.
Por El Mule
Histórico de visitas a La Coteruca
- 📍 Ubicado en: Gandarilla, 49, 39549 San Vicente de la Barquera, Cantabria
- 📞 Teléfono: +34 942 71 52 95
- 📱 Instagram: @la.coteruca