Hemos Comido…en casa de Gabi, en La Antigua, en Bárcena de Cudón. La reunión giró en torno a dos champagnes de pequeños vignerons: un fresquísimo Olivier Brochet y otro más complejo millésime de Olivier Marteaux.
Comenzamos con el más fresco, que resultó un perfecto aperitivo.
El aperitivo de bienvenida consistió en unos tigres, una fritura que siempre me ha encantado. Crujiente en el exterior, con una bechamel rica y con el característico sabor a mejillón que le diferencia de la clásica croqueta.
Seguimos explorando el mundo de los mejillones, con salsa thai y cebolla china. Diferentes, ligeramente picantes, me gustó esta interpretación.
Los torreznos con patatas y pimientos fueron el siguiente plato. Aunque este tipo de pimientos me sobran en cualquier ración, el torrezno estaba perfectamente frito, crujiente y sabroso.
A continuación, degustamos unos callos muy, pero que muy buenos. Suaves, con un rico sabor, acompañados de unas patatas bien bañadas en la salsa; esta desapareció rápidamente gracias a un rico y esponjoso pan que nos pusieron con la comida.
Costilla de cerdo, con teriyaki, hummus y curry. Estaba limpia, deshuesada y presentada en un buen lingote, muy agradable al paladar y bien desgrasada. El Marteaux, más potente, le iba que ni pintado, un maridaje perfecto.
Terminamos con lo que a mí y al resto de los comensales, cuatro en total, nos pareció un delicioso y potente arroz meloso de venado con alioli trufado.
Un final perfecto acompañado de unos vinos también perfectos para la ocasión.
De postre, tarta de queso y yogur con arándanos.