Todos los años por estas fechas nos reunimos unos cuantos tragones carnívoros con intención de disfrutar.
@Mr_Abraham es el organizador que nos reune en torno al fuego donde cocinar la carne que hemos elegido ese año para dicho evento. En esta ocasión, debido a las circustancias, nos reunimos solo cinco, pero lo habitual es que el plantel sea más extenso.
Yo aporté tres carnes que había ido atesorando debido a su rareza.
La primera que disfrutamos fue un lomo bajo de toro de lidia, con procedencia de la feria del Norte de Santander. Esta era la primera vez que probaba una carne de este tipo a la brasa-plancha, temía que resultase dura y de sabor demasiado fuerte; al final resultó ser una carne bastante tierna y de agradable sabor, hubo consenso al respecto. La carne procedía de carnicería de Tito en el mercado de La Esperanza.
Chuleta de tudanca vieja (12 años), grasa +5, 424 Kg. Esta chuleta que procedía de Uniko en Torrelavega de nuestro amigo Iñaki. Resultó espectacular, carne infiltradísima, de gran sabor, color rojo intenso y de un engrasado excepcional. Esta fue una de mis carnes favoritas del Holocausto.
Para terminar, lomo bajo de pinta reinosana con la maduracion básica (4o días), comprada en carnicería Gil del Río, un bastión de la carne de calidad a moderado precio. De lo que salió de la brasas el mejor aspecto y punto se los llevó este corte, que por cierto fue el último que tomamos y ya estabamos un poco «llenos».
Comenzamos hacierndo los honores a un Rebuzno Mesetario, un potente queso de leche cruda de burra y oveja, acompañado de Miga de Oro de La Crujiente. En breve empezamos a darle a la yesca y comenzamos con unos criollos con el mismo origen que la carne de nuestro anfitrión, aliñados con un chimichurri de la casa buenísimo, de los mejores que han caido en mis manos.
Fue día de brujerías caseras, el chimichurrri anterior, una vinagreta de higos también de nuestro anfitrion y la inigualable y picante salsa KINTIHOT, mundialmente conocida y solo accesible via trueque.
Terminamos con un clásico de Cantabria: tarta de hojaldre y mantequilla de Santos. Elaborada con hojaldre, crema de mantequilla suave y rematada con almendras, uno de los imprescindibles de Cantabria. El hojaldre es una de las artesanías más típicas de Torrelavega y su máxima representación son este tipo de tartas únicas y deliciosas.