Hemos Comido…en Peña Candil, Santander, como ciudad costera, tiene muchos restaurantes cuya especialidad es el pescado y el marisco, pero dentro de este genero, pocos, a excepción de este, saben tratar tan bien los peces «pobres» o azules.

Entendamos como tales, la raya, la sarda, la sardina, el chicharro, el bonito y el bocarte. No es esta la única especialidad de Peña Candil, también elaboran los demás pescados habituales en el resto de restaurantes, siendo su fuerte cocinarlos al horno con patatas panaderas. El local se encuentra en la Plaza el Progreso, y lleva abierto desde el año 1983, siempre bajo la batuta de Ramón Isabel Gutiérrez.
En frío sirven el bonito marinado, en salpicón ó en carpaccio a cual mejor. Y en caliente Sorropotúm, guiso de bonito con aceite,patatas y cebolla  y la castreña marmita, que lleva los ingredientes anteriores más pimiento. Pero por supuesto el bonito también lo sirven a la manchega con pisto, a la americana, con una salsa picante muy agradable, encebollado, con salsa de tomate, en salsa verde y en albóndigas. Tampoco en nada despreciable el arroz con marisco (bogavante, nécoras…).

Carta de Pescados

  • Cogote de merluza (2 personas)
  • (Delicias de merluza
  • Merluza Barquereña
  • Rape a la plancha
  • Lomitos de merluza rellenos de trigueros y langostinos al papillot con crema marinera
  • Barbadas de merluza rebozada o en salsa
  • Lubina a la espalda (2 personas)
  • Dorada a la espalda
  • Mero a la plancha: 1
  • Delicias del Norte
  • Bonito del Norte

Peña Candil es uno de los restaurantes de toda la vida de Santander, he ido a comer en multitud de ocasiones, y a todo tipo de eventos. Siempre recuerdo de este sitio las albóndigas de bonito que siendo temporada es algo inexcusable el no pedirlas. En la ultima ocasión nos acercamos a comer del trabajo cuatro personas, pues tres de los asistentes no lo conocían. Compartimos unos entrantes consistentes en Carpaccio de bonito, albóndigas de bonito y cocochas al ajillo con gulas. Las albóndigas y el carpaccio superiores. Las cocochas a pesar del tono cutre de las gulas, pues que queréis que os cuente a mi me gustaron mucho, algo diferente, pensé que era como desgraciar unas cocochas pero la verdad es que estaban muy buenas, de segundo compartimos entre los cuatro Sorropotun y bonito a la manchega, cualquiera de las dos excelente. Esta segunda manera me resulta a mi muy familiar, pues era uno de los guisos de verano de mi abuela y la verdad es que no lo había vuelto a probar, un guiso exquisito y tradicional. La reunión fue de lo más amena y el tono familiar del establecimiento acompaña en este tipos de reuniones informales. Un lugar de cocina tradicional de lo más recomendable en esta ocasión parecían unas jornadas en torno al bonito, pero los comensales somos unos forofos de este pescado. El precio dentro de lo esperado.

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Avenida de Castilla 19 39009 Santander 942313025

Agosto 2010. Durante lo que queda de julio y en el mes de agosto, en tanto prosiga la temporada del bonito del Cantábrico, el restaurante Peña Candil, regentado por Ramonín Isabel y sus familia, ha programado unas interesantes jornadas gastronómicas en las que tienen cabida tanto los platos y especialidades clásicas como otras más modernas y originales fruto de la creatividad de un chef como Carlos Fernández.
De este modo, junto a un rodaja de bonito a la plancha encebollado o a un sorropotún barquereño, dos platos de siempre de la cocina marinera del Peña Candil, el comensal podrá probar cosas diferentes, sorprendentes, donde el chef juega con las sintonías de sabores, con la calidad y frescura de las materias primas y con las texturas. El resultado, muy interesante, diferente, agradable y recomendable, sin duda.
Vamos con algunos ejemplos. Se puede comenzar con un gazpacho de melón con bonito. Éste se presenta en tacos. Un plato propio para días de calor en el que el paladar perfectamente capta cada sabor y su perfecta integración en una receta propia.
Luego está la ensalada de bonito y gulas con vinagreta de sandía. Aquí nuevamente el contraste de texturas es agrable. Otras opciones pueden ser el carpaccio de bonito o los taquitos de bonito con tallarines de calamares al ajillo.
El espectáculo con propuestas alternativas a lo más tradicional continúa con un milhojas de bonito relleno de trigueros y mejillones acompañado por una salsa de ron tostado y piña. Un plato brillante, bien resuelto, con un toque dulce agradable que no resta protagonismo en ningún momento al bonito cortado en láminas finas.
Pero el plato más atrevido ideado por Carlos Fernández para estas jornadas es, sin duda alguna, el soufflé relleno de bonito salteado con almendras y piña, asombroso. Parece tan cual que llega el postre sin esperarlo, pero la sorpresa está dentro. Bajo el soufflé está el bonito desmigado con un sofrito de verduras y la almendra cortada muy fina. Por encima, una crema de limón a la menta que da textura pero que no resta sabor al conjunto.
Y todo ello, sin olvidar otra de las especialidades de la casa, el arroz caldoso, en este caso con bonito.
 

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