Hemos Comido…en este restaurante que comenzó su andadura en el año 2003, su ubicación en un edificio centenario del casco antiguo de Santander, cerca de la Plaza de Cañadío, le situada  en una de las mejores zonas de pinchos de la capital Cántabra. En este momento ha cambiado de nombre por Asubio. 

 

 

cerradoEl establecimiento ocupa un lugar que en su día albergó un antiguo mesón. Una extensa variedad de pinchos, destacando especialmente los elaborados con jamón de bellota o el vegetal con queso brie fundido, además de las raciones de ibéricos. En el comedor se sirven los platos de una cocina de mercado, sin descuidar ni un ápice la calidad de los productos, así como su presentación. Entre las especialidades del restaurante De Bellota destacan la ensalada gratinada de queso de cabra, las flores de alcachofas naturales confitadas, croquetas de hongos y foie con mermelada de manzana, risotto, carpacho de salmón púrpura, chipirones a la parrilla con mermelada de cebolla y caramelo de Oporto, en temporada, las alcachofas naturales semi confitadas, una verdadera delicia para los paladares más exigentes, tiernas y sabrosas en su interior y crujientes por fuera, el carpaccio de solomillo con virutas de queso Parmesano vinagreta de balsámico y alcaparras, lomo de atún toro con salsa de soja, solomillo de cerdo ibérico relleno de queso fresco y frutos secos o el cochinillo confitado con su piel crujiente. El establecimiento cuenta con un menú diario con una cocina elaborada y cuidada que incluye cuatro primeros y cuatro segundos platos para elegir.
Por este lugar hemos pasado al restaurante en tres ocasiones, la primera al poco de inaugurar y en una cena de Navidad, de la cual no me acuerdo mucho, pues creo recordar que la dueña era pariente de uno de los amigos. En un principio fue una debacle pues habíamos reservado para muchos menos de los que éramos y tuvimos que cenar apretados, pues todo lo demás estaba también reservado.  Al final se llevo la cena a buen término y todos salimos contentos.

En la segunda comimos seis personas, picamos unos entrantes compartidos consistentes de dos raciones de carpacho, dos raciones de croquetas y una ensalada gratinada de queso de cabra. El carpaccio muy bueno el solomillo pérfectamente cortado finito y muy sabroso, le acompañaba un queso parmesano de fuerte sabor y estratégicamente colocado en virutas, un plato muy recomendable, las croquetas también muy bien, con una mezcla de sabor a foie y setas, lo único que me sobraba es la mermelada de manzana, pero esto es cuestión de gustos, a los demás les gusto, a mi es que este tipo de acompañamientos nunca me han vuelto loco, pues matan el sabor principal del plato. La ensalada no la probé pero la pinta era buenísima, las que se la comieron la alabaron.
De segundo tomé el solomillo de cerdo ibérico, para mí el plato rey de la velada, relleno de frutos secos, un punto perfecto, ni muy hecho ni muy poco hecho, y en donde se notaba los trocitos de queso fresco que se incluyen en el relleno, la verdad es que no logre adivinar qué tipo de queso era, pero la combinación me encanto. También comieron cochinillo confitado, le advertí al que lo pidió que no era cochinillo a la manera tradicional pero insistió, al final no se arrepintió de la elección, tenía un golpe de horno final que hace que la piel este crujiente, para mí el problema del cochinillo hecho a baja temperatura es que le queda un aspecto gelatinoso que no me gusta nada ni la textura final, eso si el sabor me encanta, pero con un golpe final de horno queda perfecto de hecho lo probé y el plato estaba perfecto. Así todo prefiero la manera tradicional. Otro dos de los comensales pidieron las alcachofas naturales semi confitadas todo fueron elogios para el plato, y otros dos lomo de atún toro con salsa de soja aquí hubo discrepancias entre lo poco y lo muy hecho del atún, a mi me parecía correcto, pero bueno en cuestión de gustos ya se sabe.

En la ultima ocasión fue una comida formal con un cliente que sabía de mi afición por la gastronomía y me llevo recomendado a este sitio, con la intención de sorprenderme. El carpaccio de solomillo con virutas de queso parmesano y vinagreta de balsámico y alcaparras, resultó acertadísimo, una sencilla receta, en donde lo más importante es la calidad de la carne. También compartimos un rico pastel de puerros con salsa de queso no soy muy amigo de estos platos pero me gusto el sabor marcado a puerro y el encontrar algún trocito del mismo, ya que la mayoría de las veces hacen un puré que a mí me recuerda al engrudo, un plato muy recomendable. Como pescado tomé un lomo de atún toro con salsa de soja, que como mandan los cánones se sacó muy poco hecho como si de un solomillo se tratase, además era un plato que me había quedado con ganas de la vez anterior. Mi acompañante pidió una sepia a la plancha con patatas, que al parecer es su plato favorito en este restaurante, la verdad es que la presencia era inmejorable. De postre tomamos a medias un helado casero de galletas, no me volvió loco pero estaba bien. En resumen un lugar bastante recomendable. Muy bien de precio, con un buen servicio, y con una situación inmejorable, en pleno centro de Santander, en el centro de la zona de marcha santanderina. En lo referente a los pinchos que podemos disfrutar en la barra, es una de los locales habituales para poder comer un buen pincho.

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Daoíz y Velarde n.º 23. Santander 39003 942035238

 

 

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