Despues de visitar La Bodegas Aurelio Corral en compañía de varios miembros de la Asociación Cántabra de Sumilleres y algunos bodegueros de la región, resevamos en El Tropezón para comer todos juntos, un total de once comensales.
Enero 2015. Nos deplazamos desde Treceño hasta el barrio de la Herrería, donde se situa el restaurante, un lugar con una característica arquitectura montañesa de lo más interesante, con algunos edificios al borde de la ruina, pero otros bastante representativos de la arquitectura rústica de nuestra región.
Un lugar un tanto complicado para encontrar aparcamiento por la estrechez de las calles, pero al final dejamos el coche medio tirado en un plaza cercana y nos acercamos a este rústico lugar.
En el comedor hay una chimenea que es de agradecer, por lo menos al principio, después se me hizo agobiante y terminaron por apagarla, normalmente a los clientes les suele gustar el calor. Por cierto, es la primera chimenea de gas que veo, no es lo mismo que una de leña, o eso me parece, mucho mas hipnótica la de leña.
Hay dos comedores, uno a la entrada pequeñito con tres o cuatro mesas, supongo que más destinado al picoteo y uno más grande en el interior, que por cierto se llenó.
Nada más sentarnos y tomar nota nos sirvieron el pan que estaba bien bueno, del cual no puede enterarme de su procedencia, y un aperitivo bienvenida, un pastel de puerros bastante rico y de hechura casera.
Al menú que tomamos todos acompañaba un vino de «D.O. Horrible de la Casa» que logramos pasar por el gaznate después de bañarlo en cantidades ingentes de casera.
En el menú había bastante donde elegir, como podeis ver la gente varió sobre todo en los segundos, en los primeros los comensales optaron en su mayoría por cuchara, generalmente por la alubia como centro de atención. Yo tomé alubias con chorizo que estaban bastante buenas, y pude probar una sopa de pescado de muy buen sabor y con bastantes tropezones.
Dentro de los segundos hubo más variedad. Yo tomé pimientos rellenos de marisco, aceptables, pero dada la disparidad de platos y al no escuchar ninguna crítica negativa creo que en general la gente quedó contenta.
En los postres lo mismo que en los segundos, gran disparidad y todos con una base casera. La mouse de chocolate que yo tomé estaba bastante buena, y siguiendo el criterio de los segundos nadie protestó, o sea que bien.
En resumen, un lugar con un menú socorrido, raciones generosas y producto de cercanías. El personal, aunque no profesional, con ganas de agradar y muy eficiente, pendiente de todas las mesas. Pude observar que otras raciones de fuera de carta eran de llamar la atención sobre todo la carne, un chuletón de tudanca segun pude oir y ver con un inmejorable aspecto, pero esto lo dejo para una segunda ronda.
La Herreria 27 39592 Treceño 942705089