Hacía tiempo que mi amiga y yo teníamos ganas de visitar Cork y, la tercera semana de abril, nos decidimos a pasar allí el fin de semana. Escogimos un restaurante que tuviese la mayoría de los platos adaptables para celiacos para poder compartir y probar más cosas.
Decidimos pedir un “Set menú 2019”, comenzando con unos nachos vegetales de maíz, tomate, pimiento, jalapeños, salsa de queso Dubliner y cayena. Había opción de pedirles con carne, pero todo lo que escogimos después contenía dicho ingrediente así que nos dejamos guiar por el dicho “en la variedad está el gusto.”
Como segundo entrante, escogimos las alitas de pollo en salsa oriental con semillas de sésamo y queso azul. Al final, me voy a terminar aficionando al pollo, aquí, en Irlanda. Estaban hechas en su punto, se habían churruscado por fuera, pero la carne en el interior no estaba seca. La salsa yo diría que era más bien de yogurt o de un queso azul de sabor muy leve.
De plato principal había muchas hamburguesas para elegir: de patata dulce y frijoles negros, de pollo con chiles dulces y con pimientos asados, orgánica de cordero o de ternera… Me apetecía probar algo diferente y escogí una de cerdo con tiras de tocino rayado en tiras, salsa bistec y barbacoa. Fue, sin duda, muy buena elección. Como se puede apreciar viene también con lechuga, además de tomate y cebolla, acompañada con una guarnición de patatas.
Para terminar, había tres opciones para elegir en la carta, pero lamentablemente se les había terminado el postre estrella de tarta banofee con crema por lo que estuvo fácil y escogimos los otros dos. De la selección de helados caseros, ambas concluimos que el helado que mas nos gustó fue el de frutos del bosque.
El otro postre fue un brownie de chocolate y avellanas con salsa de toffee y helado de vainilla. Estaba muy bueno pero la verdad que el helado de vainilla yo diría, más bien, que era mascarpone. Mucho mejor de esta manera ya que el primero ya contenía suficiente helado de vainilla.
Cada menú el “3 courses” asciende a la cantidad de 25 euros, con pan sin gluten aparte. Al igual que en la mayoría de los restaurantes te incluye el agua filtrada, que nunca hasta ahora creo que lo había comentado. En lo que respecta al servicio, al llegar al restaurante había bastante gente y solo había una camarera, pero estuvo muy atenta en todo momento. El local no destacaba por ser muy espacioso, pero a veces es mejor tener un local pequeño que no intentar abarcar más de lo que uno puede.
Como comentario general, se va acercando la fecha de mi llegada a España y he de decir que venía con muchas más expectativas en lo que respecta al tema de la comida. En este restaurante, al igual que en otros, todo estaba correcto, pero me encuentro la misma oferta en todas partes. No sé si la razón de esto será por mi celiaquía, ya que esto me limita muchísimo. Me hubiera gustado poder degustar algo más típico de aquí, aparte del pollo y el cerdo que se ofertan en casi todos los restaurantes.
En algunas ocasiones, voy con amigos a cenar y no puedo comer debido al gluten, me fijo en lo que piden y veo que siguen teniendo opciones muy similares, pero también he de añadir que no todo el mundo esta dispuesto a gastarse en la comida lo mismo.
Por Berta