Hemos Comido…en el centro del parque tecnológico de Zamudio, en un precioso caserío restaurado con gusto, con espacios amplios y rodeado de verde.
La carta de vinos esta bastante bien, aunque como todo en el sitio de precios muy elevados. La carta de comidas tiene 2 apartados diferentes de primeros platos, uno en medias raciones y otro en completas. Perféctamente preparado para las comidas diarias de ejecutivos del parque pues entre semana suele ser complicado en contrar mesa.
De primero pedimos 2 medias raciones de espárragos brasados al dente y adobo de papada Euskal Txerria, mucha papada y poco espárrago, pero muy sabroso, aunque pedía más un equilibrio de cantidades, si se llega a pedir por atención a los espárragos, hubiera defraudado por la cantidad de estos. Después y para compartir, arroz caldoso de cabracho y batida de parmesano a la brasa. Yo no encontré cabracho por ninguna parte, pero estaba bastante bueno y con un carabinero en un punto muy justo de cocción francamente bueno.
En los segundos cogote de bacalao a la brasa, con boletus encebollados. Lástima que estuviera demasiado desalado cosa de la que no dejaré de quejarme cada vez que como bacalao en el País Vasco, Los boletus faltos de sabor, y el encebollado totalmente prescindible pues estropeaba el plato. Paletilla de lechal brasa y torrija de manitas con hierbas cítricas, totalmente frío, de hecho lo devolvimos y lo cambiamos por presa de bellota Quercus con alioli de garbanzo y sal de Añana al café que tardaron un montón en servir pero mereció la pena la espera, la presa bien hecha al carbón sin pasarse. Para quien no conozca esta sal, el reconocimiento de la sal de Añana acompaña al impulso de restauración que desde hace años vive el yacimiento alavés, una joya del patrimonio vasco, pero lo que destaca «Slow Food» es la calidad del cloruro sódico: “Es una sal natural que emana de un manantial sin contaminación; en todas las catas que se han realizado, su calidad ha sido reconocida como excelente”,
En resumen, un sitio para ir a comer el menú del día si trabajas en el Parque, pero de carta no justifica los precios. He comido en muchas ocasiones en este lugar del parque, todas las veces he ido invitado, en algunas de ellas he logrado ver el importe de las comidas y la verdad es que es carísimo.