Hemos Comido…en la Taberna Cucabrera, aprovechando la XI Quincena del Pincho de Cantabria, nos acercamos a tomar una degustación en la terraza y ya de paso terminamos comiendo unas raciones.
Junio 2013. Y menos mal que llegamos pronto pues la terraza se llenó de comensales tomando el aperitivo, se estaba de cine sol y una ligera brisa de nordeste, un día perfecto para comer en la calle después de tanto agua.
Milhojas de sardina de Santoña marinada con alga nori, patata violeta y frutos rojos. La sardina excepcional, marinada levemente, algo muy nuestro y muy poco presente en los restaurante de nuestra comunidad a excepción de los asadores veraniegos. Un pescado que puso de moda hace años Víctor Merino, al que no explotamos en su justa medida. El pincho resultó completamente de mi agrado en todos los aspectos, sabor, textura, ejecución y uso de un ingrediente muy nuestro.
Kebab de rabas, cebolla confitada, rúcula y ali oli. Muy rico, una particular visión de un bocadillo de rabas, un clásico acondicionado a nuestro tiempos. Y otro ingrediente muy nuestro.
Pincho 1913. Un arroz con crema de repollo, muy bueno de sabor y de punto.
Y de raciones unos mejillones, normalitos, bien, los he probado mejores. Y una verduras con queso parmesano, estas sí muy buenas, a la placha y un par de espárragos empanados, algo muy curiosos y acertado, me sorprendió la textura. Las verduras muy bien de punto, había incluso patata lo cual me sorprendió, asi todo estaba muy buena, unos vegetales diferentes.
Más o menos una vez al trimestre la Taberna Cucabrera prepara una cena gastronómica en torno a un tema, un evento enfocado a cierto tipos de clientes con unas expectativas más amplias en el mundo de la gastronomía.
Marzo 2013. En ocasiones anteriores este tipo de eventos se ha enfocado a cenas maridaje o eventos temáticos, este último se ofertaba el menú con el que Javier Marañón, chef de la Taberna, compitió en el último certamen regional de cocineros. La cena se monta como un coloquio en el que participa el Javier, explicando los platos, su elaboración y alguna que otra anécdota, por lo que se suele formar un debate en torno a la mesa, resultando unas veladas de lo más amenas.
Al final se complicó la cocina y apenas pudimos estar con Javier, pero la velada fue de lo más amena y divertida. Comenzamos con un aperitivo, una crema de calabaza a la naranja, Changurro y aire de zanahoria. Una crema con un marcado sabor a zanahoria y un toque a centollo, un sabroso aperitivo.
Como entrante tomamos unos lomos de verdel en tartaleta de tomate especiado ensalada y lascas de queso de La Cavada, este fue para mí el plato estrella de la velada, un verdel en su punto, con una suave sabanita de queso, sobre una tosta de pan con tomate un conjunto de lo más sabroso.
Como primero tomamos espuma de foie-grass con huevo poché envuelto en sobao crujiente. Un plato de los más complicado, pues hay que hacer el huevo poché para posteriormente rebozarlo con unas migas de sobao y pasarle por aceite para que estén crujientes las migas que acompañan al huevo. Aún dada mi animadversión por mezclar dulce con salado no me desagradó la mezcla, quizás por el sabor a foie de la espuma, resultó un rico y sabroso bocado.
De segundo otra elaboración de lo más complicada, una merluza en costra de aceituna, boniato y patata trufada, hatillo de chipirón y bacón, crema de guisantes a la mantequilla de Jerez y farro.
El farro estaba hecho a modo de un rissoto con una textura y sabor parecidos, acompañados de gambas, me convenció mucho en sabor y la textura de este cereal del que os hablare después de comentar este plato. La merluza venía acompañada de un hatillo de magano en su justo punto, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados Javier y un boniato cortado en cilindro con su característico sabor dulce, coronado por una bola de patata trufada. La merluza estaba cubierta por una «piel artificial» hecha de aceituna que aportaba un sabor distinto al conjunto. Un plato de lo más complejo que nos muestra la capacidad técnica de nuestro anfitrión.
El farro es un cereal, un género de gramínea estrechamente relacionado con la espelta y la escanda, con las cuales suele ser confundido y con el trigo. El farro y la cebada eran los cultivos dominantes en el cercano oriente durante el neolítico, en esas épocas éste cereal se extendió a Europa y al subcontinente Indio.
Crece bien en terrenos pobres en nutrientes y es particularmente resistente al frío. La siembra se hace en otoño con la semilla recubierta por su cáscara, sobre el terreno previamente preparado. No se requieren herbicidas ya que la planta es fuerte, esto también la exime de aditamentos químicos y de agrotóxicos. Sin embargo la cosecha es más tardía que la del trigo, se efectúa en pleno estío con las mismas maquinarias que las requeridas para el trigo.
La semilla se presenta en tres variedades: pequeña, mediana y grande (muchas veces llamada erróneamente espelta); las variedades medianas y grandes son las más usadas para el cultivo.
Una peculiaridad de este cereal es que aún tras ser trilladas las semillas cosechadas mantienen aún la cascarilla y por esto es necesario un descascarillado, tal inconveniente unido al relativamente bajo rendimiento ha sido uno de los principales motivos para que se le substituyera por el trigo.
El farro además de utilizarlo para la elaboración de harinas y panes, en nuestra cocina lo utilizamos especialmente para la elaboración de la sopa de farro, elaborada a base de farro, judías, tomate, cebolla, jamón y ajo. Un exquisito plato de sabor peculiar y muy aromático.
Otra forma tradicional de utilizarlo, es para la elaboración de la pasta fresca, utilizando una proporción de un huevo por cada 100 gramos de harina de farro. Este tipo de pasta resulta más aromática que la elaborada con harina de trigo.
Al tener mayor composición de aminoácidos en sus proteínas, hacen de él un cereal mejor tolerado para las personas celiacas.
Durante toda la cena nos acompañó un Rioja Lorigón de Crianza, un vino de capa media y ribete claro con lágrima abundante transparente. Aroma de fruta roja y algo de balsámico. En boca es de paso fácil algo corto de volumen.
De postre tomamos una sopa de chocolate blanco con escarcha de vino tinto y helado de mango. Al final pudimos descubrir que Javier Marañón ha comenzado a comercializar una nueva línea de mermeladas bajas en azucares y artesanas, que pudimos probar con los postres, una nueva y buena noticia para los consumidores de mermeladas.
Hemos Comido…en la Taberna Cucabrera. Nos enteramos por facebook que, el pasado jueves, la cena reservando a traves de esta red social tenía un descuento del 50% y allí nos presentamos.
Septiembre 2012. Nada más llegar nos presentaron la carta, que en un principio nos desilusionó pues a simple vista «era más de lo mismo», la típica carta de picoteo. Pero en una segunda pasada nos cambió la apreciación y cuando nos sirvieron lo pedido quedamos mucho más que satisfechos.
Comenzamos con una ración compartida, unas verduras a la parrilla.La presentacion era magnífica y la cantidad enorme. Hechas justas de punto, incluida en el timbal una rodaja de buen tomate, presumo que cántabro, coronando el timbal un huevo escalfado, unos pimientos deliciosos, nueces, una cebolla pochada a las mil maravillas y unas muy bien cocinadas berenjenas. Una ración muy recomendable.
De segundo tomé unos calamares con mayonesa ali oli. Muy buenos de punto de plancha, el ali oli delicioso. También acompañaba una vinagreta de tomate riquísima y estaban sobre una cama de cebolla pochada perfecta. Vamos, una delicia de ración. Los calamares no eran de guadañeta, pero no le quita ningun merito a lo delicioso del plato. Y como la ración anterior y como tónica general, la ración muy generosa.
Mi acompañante se tomó una ración de solomillo, según ella perfecta. Acompañada de unos pimientos deliciosos y unas patatas diferentes y bien hechas. Yo probé el solomillo y la carne era de una calidad excelente y el punto perfecto. Los pimientos, unos pimientos asados que eran una delicia.
De postre compartimos una espuma de yogourt. Buenísima y muy generosa también la ración, con la espuma venía una bola de helado que no me entusiasmó.
En resumen, el lugar es de los que «Se Hace Querer», unas raciones generosas, muy buena cocina, buena atención y si como en mi caso te hacen el 50% de descuento por el día del gourmet, pues podeis haceros una idea, una velada magnífica en todos los aspectos.
A se me olvida, de aperitivo bienvenida nos sirvieron unas bolsitas de pasta brie, sobre una tosta de pan tostado y una espuma de ali oli, riquisimo.
Hemos Comido…en Galizano, la Taberna Cucabrera es una taberna montañesa típica, abierta desde 1926, es una de las más antiguas taberna-casa de comidas de Cantabria que se mantiene tal cuál era en sus principios.
Situada muy cerca de las playas de Galizano y donde podrá degustar raciones típicas, cocina regional: cocido montañés, paella, rabas, mejillones, embutidos, conservas, postres caseros, picoteo, helados, chocolate con churros, comida para llevar, menú del día diario y festivo.
En la Taberna Cucabrera también ofrece la alta cocina de la mano de su chef Javier Marañón (campeón regional jovenes cocineros, Rest Pedro Larrumbe de Madrid, Restaurante Martín Berasategui de Lasarte, Restaurante Zuberoa de Oyartzun, Rest El Serbal de Santander….todos ellos con estrellas Michelín) con menús por encargo de una amplia carta específica para ello.
Además ofrece unos vinos de bodega y una de las especialidades de la taberna: el vino blanco especial de Solera, almacenado en la bodega de la propia casa dentro de cubas centenarias de madera americana.
Los blancos de solera son vinos producidos en el corazón de Castilla, nacidos en las cepas de Nava del Rey y llevados desde hace generaciones en sus primeros meses de vida a Cantabria, donde existe una tradición de embotar en cubas para que se produzca la crianza bajo velo en flor.
Estas soleras, de diferentes dimensiones, suelen estar escondidas en las trastiendas, o en las mismas barras de las antiguas tiendas de ultramarinos.
El sistema de soleras es el de botas superpuestas, alcanzando 3 o 4 alturas. La más baja es la solera, que suele estar sobre el suelo, y contiene el vino más antiguo, sobre ella la segunda que se suele llamar la criadera, y encima los vinos mas jóvenes, etc.
El vino que se va a consumir se saca de la solera, y esa cantidad se suple en igual cantidad de la criadera y así sucesivamente. En conjunto no se habla de una cosecha sino de vejez de la solera. El sistema es el que usa en Jerez, aunque hay quien opina que su origen es de Montilla.
Dentro de esta finca, se incluye una construcción típica de la región que se encuentra intacta: una antigua casa de recogida de leche y un árbol centenario llegado en semilla y que hoy alcanza varias decenas de metros de altura, en el siglo pasado desde Cuba.
Suelo ir bastante a la playa de Galizano y alrededores, Cucabrera, Langre, Brenas etc. y dependiendo de la hora me acerco a la taberna para una cosa u otra, si es pronto por la mañana a tomar un pincho, si es mediodia a tomar alguna ración, rabas, mejillones etc.
Si es al final de la tarde a cenar alguna ración y un buen cubata, gin tonic.
Galizano Crtra de la playa 679888429 – 616012185
www.facebook.com/taberna.cucabrera