Los primeros bocartes del año, nada más entrar a puerto en Santoña, se ha hecho de ellos Oscar y enseguida nos los ha preparado Conchi en Soul. Un bocarte fino, no muy grande, el tamaño perfecto para rebozar y otros a la cazuela, con un sabor increíble, con la cebolla bien pochada. Una delicia proveniente del Cantábrico, para mí es el rey de la mesa en cuanto a pescados del Cantábrico.
Los bocartes rebozados me gustan de este tamaño, más grandes se me hacen bastos, pero para gustos de ha hecho los colores. Y no hay nada mejor para acompañarlos que una ensalada cargadita de vinagre.
Los bocartes a la cazuela son todo un arte, ya que si te pasas haciéndolos o los mueves en demasía se destrozan. Su sabor me tiene cautivado y estos son de los mejores que conozco, por ciento no aptos para los enemigos de la cebolla.