Visita como casi todos los años en estas fechas, tres comensales. Toda la comida la acompañamos con Sumaroca, una buena elección.
Comenzamos con unos aperitivos bienvenida que dejan claro que todo continúa en su sitio después de tantos años: tomatito confitado, anchoa con tudanca, mejillón en gazpachuelo de jalapeño y cilantro.
Steak tartar de bonito. Sin excesivos añadidos y cortado con un buen tamaño, como nos gusta en casa.
Pochas con coquinas. DELICIOSAS, un pedazo guiso rico rico, la elaboración del día.
Cabracho al horno. Le pareció delicioso al comensal, un pescado a caballo entre el pescado y el marisco gracias a su textura y sabor.
Los otros dos comensales compartimos un arroz con tudanca. Una perfecta elección de gran sabor, un arroz muy cántabro.
De poste tomé soufle, algo que si lo hay tengo que pedirlo, soy así de viejuno. Los otros dos comensales, helado de queso y brownie.
Una comida de sobresaliente para tres comensales (dos de ellos celiacos), un servicio exclusivo y un RCP como pocos, en un lugar que ha marcado la historia gastronómica de Cantabria durante muchos años.