Hemos Comido…en Casa Navarro, un día que caimos por casualidad después de ir a Liérganes y encontrarnos cerrado el objeto de nuestra busqueda.
Septiembre 2017. Dos comensales. Casa Navarro es un clásico de la zona, situado en Pámanes. Es un restaurante donde los fines de semana y el verano, en general, es difícil encontar mesa, o te acercas con reserva o te tomas alguna ración en la barra.
Esta vez solo había tres mesas tomando el menú, nosotros éramos dos comensales, teníamos prisa y nuestra idea era tomar algo rápido, así fue. Mientras esperábamos nos sirvieron una tapita de ensaladilla, buena pero demasiado cargada de mayonesa.
De primero una de las recetas más simples pero con más literatura de nuestra gastronomía, huevos fritos con patatas. Son famosos los de Lucio en Madrid. Este plato consta de cuatro huevos fritos sin estrellar, unas patatas confitadas, blanditas y una capa de paleta que aísla los huevos de las patatas.
El consumo de huevos fritos está documentado desde hace siglos. Un cuadro de Velázquez de 1618 muestra a una mujer friendo huevos. Muchos siglos antes, Averroes decía en su Libro de las Generalidades de la Medicina que los huevos fritos «cuando se fríen en aceite de oliva son muy buenos, ya que las cosas que se condimentan con aceite son muy nutritivas; pero el aceite debe ser nuevo, con poca acidez y de aceitunas».
La avicultura llegó a España con los romanos, y sería desarrollada por los musulmanes. Aunque, si se tiene en cuenta que los fenicios fueron los primeros en comercializar el aceite de oliva, puede pensarse en un primer huevo frito peninsular allá por el año 1000 A.C.
Buena fritura de huevo, quizás un pelin fritos en demasía, pero la mezcla es celestial. Una cosa tan fácil y suculenta, con diferentes formatos dependiendo del gusto del comensal, huevos fritos con puntilla, sin puntilla, muy fritos, poco fritos; al igual con las patatas. Las combinaciones son prácticamente infinitas, con jamón, con torreznos, con chorizo, vamos que nos da para editar una enciclopedia solamente con la posibilidad de ingredientes.
Estos, por ejemplo, versaban en la carta como huevos rotos jamón y foie, pero el foie no era tal y a mi entender sobraba. Todavía es común que haya confusión a la hora de distinguir el foie-gras y el paté, pero su composición es considerablemente distinta.
El foie-gras se elabora únicamente con el hígado de ganso, de oca o de pato, el hígado de estas aves no se mezcla con carne ni con ningún otro ingrediente para elaborar el foie-gras. El paté se elabora a partir de diferentes ingredientes, condimentos y aditivos. El sabor del paté generalmente está caracterizado por el hígado que se utiliza, pero no por ello es el ingrediente que más abunda, se le añade carne de distintos animales, leche, harinas, especias y aditivos.
Para rematar la faena unos callos, bueno no exactamente para rematar la faena pues los callos compartieron habitáculo con los huevos, ¡el colmo de los vicios!.
Y no solo el colmo de los vicios, de las texturas y sabores, una comida para hacer una vez al año, pero para recordar el resto de él.
El precio resultó muy bueno pues éramos dos grandes comedores y salimos que no podíamos más. Bien de pan nos acompañó y una pena que no pudiéramos tomar un buen tinto, pues había que coger el coche.
Por El Mule