Julio 2016. Conocedores de nuestros gustos, en cuantos nos sentamos se presentaron con una botella de cava, lo cual se agradece y más con el día de calor que hacía.
El Carmen es la festividad marinera por excelencia, en mi casa todos tenemos relación con la mar de una manera u otra, mi padre y mi hermano son marinos. Que, por cierto, según mi hermano, de nombre Carmelo, la festividad es el día de Nuestra Señora del Monte Carmelo.
Valentín nos enseñó una gambas rojas frescas que tenía y nos recomendaba, yo soy mas de gamba blanca pero esta tenía un pinta estupenda, así que pedimos una ración.
De tapa, y como a todos los comensales presentes, nos pusieron un sabroso salpicón de langostinos y pulpo, del que dimos buena cuenta.
Como os comentaba al principio, pedimos una ración de gambas rojas y el resultado fue el que veis en la fotos, muy buen punto y excelente sabor.
Se nota la diferencia con la gamba blanca en la textura, esta es algo más blanda pero de sabor las dos son extraordinarias cuando son de buena calidad y estas lo eran.
Nos tomamos unas cigalas de sartén, tamaño justo pero bien hechas, sin abrir, cocidas en su jugo.
Buena calidad de cigala, sabor, elaboración y un buen precio.
Continuamos con media de rabas, especiales para celiacos, muy buenas. Los celiacos las celebraron a lo grande, rabas al fin.
Los otros dos comensales tomaron un San Martín, de buen tamaño, a la plancha acompañado de unas patatas panaderas y nada de refritos, tal cual, carne tersa y sabrosa similar al marisco y de gran sabor. Probé un poco y resultó estar buenísimo.
Yo tomé cocochas y sorprendentemente me las sirvieron como las hacía en casa mi madre: salsa verde, almejas, langostinos y un huevo cocido. Me gustaron y me trajeron gran cantidad de recuerdos, es la primera vez que las veo hacer así fuera de mi entorno familiar.
De postre tomé una tarta de hojaldre que estaba para morirse, buenísima, rellena de una crema con base de mantequilla, un vicio.
Mis acompañantes, por su celiaquía, optaron por una tarta de queso horneada que les gustó un montón.
En resumen, como decía al principio, El Muelle nunca falla. Acaban de ternimar una reforma de ampliación y está aún más cómodo que antes.
Por El Mule