Siempre hay dos aspectos a tener en cuenta a hora de asistir a un restaurante, un aspecto lúdico, de diversión, más enfocado a la barra y otro más formal, el comedor.
El uno no quita al otro, pero son dos opciones a mi modo de ver decisorias a la hora de elegir donde comer y que realmente condicionan, si se quiere una relación más estrecha, menos formal, pues eliges la barra, más bulliciosa y ajetreada. Yo soy más de barra, como siempre generalizando, pues hay ocasiones en las que no es posible por muchas razones formales o por el formato de la comida.
En Daria disponen de la barra, muy pequeña e íntima, las mesas aledañas y el comedor; pero cuando vas de tapas la opción preferida por la mayoría es la barra, aunque para muchos si no encuentran donde alojar las posaderas les resulta imposible.
Daria oferta unas cuantas raciones que recomiendan la visita, en esta última nos pusieron unas alitas de tapa que estaban para chuparse los dedos, de hecho fue lo que hicimos, ya que se tienen que comer con las manos y van bien cubiertas de una sabrosa y picantilla salsa.
Otro de mis preferidos en esta barra son los mejillones, o cebiche de mejillones, que me resultan siempre una agradabilísima sorpresa aunque los haya comida en varias ocasiones, aportan un sabor diferente a algo tan usual como el mejillón.
Las alcachofas con foie, alcachofas confitadas acompañadas de unos buenos pedazos de hígado de pato. Vienen cortadas en cuartos y conservan parte del tallo, deliciosas, blanditas y con su característico sabor. El foie acompañado de unas lascas de sal que potencian el sabor del hígado, planchado y crujiente en el exterior. Yo diría que es mi ración preferida de barra aquí.