En Santander encontramos varias zonas donde abundan los bares y las bodegas donde tomar el tradicional vermut, Vargas, Tetuán, Río de la Pila, Peña Herbosa, entre otras.
En Peña Herbosa se encuentra el Bar Solórzano, cuyo eslogan siempre fue el de «En fútbol, el Racing Club y el Solórzano, en vermút». Y es que su vermút de solera no tiene igual. Frío, servido con sifón es realmente refrescante. Pero es que, además, ahora reúne más de 70 marcas diferentes, por lo que bien se le puede considerar como una gran ‘vermuteca’ o ‘vermutería’.
El Solórzano, fundado en 1941, tiene un encanto especial. Es muy llamativa su barra, de las antiguas y famosa su hendidura fruto de los miles de vermuts servidos, así como su decoración a base de fotografías antiguas de futbolistas y boxeadores de la tierra, o de toreros unidos por el nexo de haber toreado en el coso de Cuatro Caminos.
En la actualidad el bar ha sufrido una reforma que no afecta a su vieja estructura pero que añade, creo yo, más encanto todavía a este clásico local, creando un ambiente más vermutero aún si cabe.
El vermú o vermut es una palabra de origen alemán que significa, ‘ajenjo’ o ‘absenta’ es un vino macerado en hierbas servido durante los aperitivos que está compuesto de vino tinto, ajenjo y otras sustancias amargas. Estos vinos son típicamente europeos, con un aroma característico que les da una elegancia particular para un cóctel o aperitivo. Generalmente se puede encontrar dos tipos: rojo y blanco.
Según un relato, estas bebidas fueron inventadas por Hipócrates, célebre médico y filósofo de la antigüedad, nacido el 460 a. C. Puso a macerar en vino flores de ajenjo y hojas de díctamo y obtuvo lo que en la Edad Media fue llamado «vino hipocrático» o, sencillamente, «vino de hierbas».
A partir de fines del siglo XVIII, con la llegada de nueva tecnología, el vino aromatizado entró en una nueva dimensión de productividad, en la que destacó la experiencia de los pioneros piamonteses, pero fue en 1838, cuando por mérito de los hermanos Luigi y Giuseppe Cora, la preparación del vermouth adquirió un carácter industrial.
Con el paso del tiempo la palabra ha adquirido también un sentido genérico para definir el aperitivo (cualquier bebida con unas tapas) previo a la comida. De aquí proviene la expresión «¿quedamos para tomar el vermut?».
¿Qué es el vermut? Es un vino aromatizado preparado a partir de otros vinos mediante la utilización de especias adecuadas, especialmente la artemisa, y edulcorado con azúcares, caramelo y mostos de uva.
Entre las muchas especias y flores que intervienen en su elaboración destacamos; por supuesto el ajenjo, anís estrellado, hinojo, clavo, cardamomo, corteza de naranja, vainilla, canela, salvia, nuez moscada, jengibre, melisa…y muchos más, pero este es el secreto que guardan los fabricantes de los buenos vermuts. Ya que los gustos y olores que pasan al vino son en muchos casos muy amargos, a la habilidad del enólogo debe unirse la licorista, para hacerlo en su justa medida e intensidad.
Como ya conocía el vermút de la casa y contaba con el asesoramiento de Teresa Fernandez (amiga, sumiller y jefe de sala de reconocido prestigio al cargo del Solórzano con un bagaje por lugares como Yandiola, El Cenador de Amós y un currículum de participaciones en los certámenes más importantes de nuestro país), me recomendó, como un vermut diferente, Vya.
Vya es un vermut de gama ultra-premium completamente diferente al resto de vermuts del mercado. Producido y embotellado en California por Andrew Quady Winery, su base está formada por vino elaborado con las variedades de uva Colombard y Orange Muscat en el que se han dejado reposar una serie de ingredientes naturales como lavanda, salvia, tilo y orris, entre otros. Vya es un vermut poderosamente herbáceo y refrescante. Fresco y aromático, a mi me dejo un buen sabor a cardamomo.
Lo bueno de estos poderoso vinos es que se dejan acompañar de practicamente cualquier aperitivo, rabas, anchoas, navajas, queso, embutido, vamos, a lo que estamos acostumbrados a tomar de aperitivo por estas tierras.
Para continuar con un vermut distinto preparado con vinos Oloroso Viejo y Pedro Ximenez y macerado con más de 30 botánicos, cremoso con tonos tostados y de caramelo tanto en nariz como en boca. Es equilibrado muy dulce. Otro acierto de vino, y aquí paramos porque, aunque sea domingo, este tipo de vinos suelen ser bastante cabezones.
De acompañamiento unas tapas de queso parmesano, fresco y de excelente sabor.
Por EL Mule