La ‘Santander’ , tripulada por Faustino Solana, fue una de las primeras tanquetas que entraron en la capital gala para acabar con la ocupación alemana en 1944.
«Llegué hasta la alcaldía de París con el ‘Santander’». Faustino Solana, conocido como el ‘Montañés’, relata así cómo entró en la Ciudad de la Luz el 24 de agosto de 1944, día de la liberación de la capital francesa de la ocupación alemana. Solana formaba parte de ‘La Nueve’, una mítica unidad militar francesa integrada casi en su totalidad por españoles, bajo el mando del general Leclerc, héroe de la Segunda Guerra Mundial.
La historia de esta compañía de infantería en el que militaba el cántabro ha sido recogida por Evelyn Mesquida, periodista e investigadora alicantina, en un libro en el que se rinde homenaje a unos hombres que «fueron parte fundamental de la historia europea y que, tras la guerra, cayeron en el olvido». A Mesquida le llevó una década recopilar toda la información, obtenida en varios casos de los protagonistas de la historia: logró hablar con siete de los sólo 16 supervivientes de ‘La Nueve’ a la Gran Guerra europea.
Uno de los que tuvo la fortuna de encontrar fue el santanderino Faustino Solana, nacido en 1915 y fallecido hace cinco años en Elbeuf, el pueblo de la Normandía francesa en el que se instaló tras la contienda. Allí se casó con una francesa, se ganó la vida como peluquero y, durante años, mantuvo contacto con algunos compañeros de batallas. Volvió por primera vez a España, y a su lugar de origen, en 1962, con pasaporte francés y acompañado por varios amigos galos. No tuvo problemas, por lo que, cada dos o tres años, siguió retronando a su tierra natal.
Pero hubo más cántabros en aquel día de gloria para los combatientes en el lado de los Aliados. Lucas Camons, por ejemplo, quien se hizo acreedor de las más altas distinciones por parte del Estado francés, entre ellas, la Legión de Honor. Este soldado figura en la obra de Mesquida como andaluz. «Sin embargo, tras la publicación, llegaron a mis manos nuevos documentos, que le sitúan como nacido en Santander». La autora no le da más importancia al error, puesto que era muy habitual que aquellos hombres utilizaran nombres y procedencias falsas para dificultar su localización.
Cita el miércoles
La periodista estará el próximo miércoles en Santander para contar ésta y otras historias relacionadas con ‘La Nueve’. Ha sido invitada por el ‘Foro Becedo’ a un acto que tendrá lugar en la Escuela Superior de Marina Civil (a las 20,00 horas). La profesora de Historia Contemporánea de la Universidad de Cantabria, María Ángeles Barrio, hablará de los exiliados españoles.
Evelyn Mesquida se preguntó qué habría detrás de esta compañía el día que le enseñaron una foto de los hombres que protagonizaron un ‘romántico’ episodio de guerra: «eran españoles, iban con uniformes americanos e integrados en una brigada francesa»… y se lanzó a indagar.
Vehículos españoles
Descubrió que, de los 160 soldados de aquel heroico grupo, 146 eran españoles, de todas las procedencias. Se hablaba, se cantaba en español. Los oficiales eran españoles y las tanquetas lucían la bandera republicana española. Gran parte de los 22 ‘half-tracks’ que liberaron París llevaban nombre en castellano. Son famosas las fotos de la ‘Guadalajara’, la primera en llegar a París, la ‘Teruel’, la ‘Brunete’ o la ‘Guernica’. En primera línea, junto a las citadas, entró el blindado ‘Santander’.
Estos soldados llegaron a la capital francesa el 24 de agosto, lucharon el 25 y recibieron un gran homenaje el 26. Como el resto de supervivientes, los cántabros recibieron la gratitud del general De Gaulle, quien organizó la marcha de reconocimiento a las tropas aliadas conocido como Desfile de la Victoria, en los Campos Elíseos. ‘La Nueve’ ocupó un lugar destacado en la celebración: el teniente Amado Granell iba al frente, conduciendo un blindado.
Su imagen se reprodujo en toda la prensa de la época y se convirtió en un icono de la liberación parisina. Granell volvería a España en 1952. Y vivió, como clandestino, en Santander.
La historia es preciosa: eran hombres de una gran dignidad a los que se ha olvidado
Estos soldados vivieron la guerra española y la Segunda Mundial, en África y Europa
Los integrantes de ‘La Nueve’ «eran rudos, incluso brutos, pero eran hombres de una gran dignidad». Con estas palabras describió la hija de Raymond Dronne, el capitán de la unidad, el valor de los españoles de la fuerza de choque. A la investigadora Evelyn Mesquida le estremece pensar que muchos de ellos lucharon en dos guerras seguidas. «Cogieron las armas por vez primera para defender la República española».
La mayoría, ya exiliados, se enrolaron en el lado de los Aliados para combatir en Túnez, en la Segunda Guerra Mundial, contra el general Rommel. Y luego desembarcaron en Normandía y acabaron participando en la batalla por París y en la ocupación de Alemania. «Es una epopeya de lucha por las libertades democráticas que se inició en el 36 y no concluyó hasta el año 45», resalta.
La dureza de esa vida les convirtió en una compañía «temida y respetada. ‘La Nueve’ tenía como misión la avanzadilla de tropas y afrontar al enemigo desde primera línea. Esto les creó fama de soldados individualistas, idealistas y algo insensatos. Sus superiores les reconocían el coraje de los que nunca retrocedían ni cedían un palmo de terreno conquistado».
Pese al papel fundamental que desarrollaron en la liberación de París, fueron «deliberadamente olvidados en los libros de Historia». Esta capa de polvo que cubre su memoria es la que ha querido limpiar la periodista alicantina, que considera que este gran grupo de españoles merece el reconocimiento de todos, en especial de Francia. Aunque no cree que el país vecino se rinda oficialmente a la evidencia de que fueron soldados sin nacionalidad francesa los que protagonizaron uno de los episodios bélicos que más marcó el imaginario colectivo de Europa durante todo el siglo XX. «Se da la paradoja de que Francia, por un lado, les llenó de medallas, con lo que les trató como a héroes. Pero luego los dejó de lado».