Hemos Comido…en El Riojano, hablar de El Riojano es hablar de menús de cocina española en un lugar único donde puedes observar tapas de barril a modo de lienzos de arte.
Por muchas veces que lo haya retratado me sigue llamando la atencion el local, un lugar donde te puedes pasar toda la comida mirando los detalles que forman este emblemático lugar.
Siempre ha destacado por hacer una cocina tradicional, de buena hechura y de gran calidad de producto, son famosos sus embutidos, jamones y cecinas.
En esta ocasión acudí a una comida de trabajo con dos compañeros y amigos que se encargaron de la comanda.
Comimos con un Murmuron Sierra Cantabria 2015, un tinto de maceración carbónica, con buen aroma de frutos rojos, intenso y sabroso. Una buena eleccion.
Comenzamos con unas croquetas de queso picón. Buena masa y sabor justo, creo que dar con un punto intermedio donde no te apabulle el queso es quizás la tarea más complicada a la hora de elaborar estas croquetas. Buena fritura crujiente y masa con su justo punto, muy buenas.
Como podreis observar últimamente hago bastante hincapié en el pan, uno de los elaborados principales de una comida y que durante mucho tiempo se ha dejado de lado. Últimamente es cada vez más habitual encontrarte con diferentes panes de alta calidad en bastantes restaurantes, como es este caso.
Si hay algo que me apetece todo el año, pero sobre manera en verano, es una buena ensaladilla, una ensaladilla fresquita y con buenos ingredientes. Esta a su vez es diferente, ya la había probado en la barra en una ocasión anterior y me había quedado con ganas, así que esta vez me quite el sincio (deseo o apetito intenso de alguna cosa) esta palabra se usa mucho en Cantabria y en esta ocasión la uso para hacer referencia al blog de un buen amigo (Gabriel Agumosa) muy interesante, si os apetece conocer más sobre gastronomía este blog es muy didáctico y ameno: Con Sincio.
Bueno, a lo que íbamos, la ensaladilla era para ponerle un piso, extraordinaria.
Continuamos con unas gambas a la sal. Un buen gambón justo de punto y rezumando sabor, algo conocido pero no por ello menos atractivo, al contrario, y al conocer que aquí lo elaboran tan magistralmente queda apuntado para repeter a la mínima ocasión.
Uno de los comensales tomó rabo de toro, que a todas luces y como se muestra en la fotografía, estaba diciendo «cómeme». Lo probé y resutó exquisito.
Los otros dos comensales tomarmos chuletón. Una chuleta de carne bien madurada y de extraordinario sabor, con una maduración justa y un punto perfecto. Una carne de altísima calidad.
Acompañando unas patatas artesanas, coma mandan los cánones.
De postre, tres postres que comartinmos y que continuaron confirmando el buen hacer de la comida: uno de chocolate,
otro de arroz con leche,
para terminar con un flan de queso.
En fin, El Riojano es un lugar que nunca me ha fallado desde hace cuarenta años que lo frecuento, siempre merece la pena la visita, la carta es cambiante con la temporada y siempre aporta alguna novedad. Ya sabes, ese compriomiso con el que hay que quedar bien o si quieres pegarte un buen homenaje clásico, este lugar nunca falla.
Por cierto, no aporto la factura pues invitó uno de los comensales, esta vez le tocaba. Pero el precio estuvo ajustado.
Por El Mule