Hemos Comido…en Vargas en Dos Ríos, también conocido como Los Chiquis, uno de los cruces de caminos más famosos de nuestra provincia, el cruce de Vargas.
El Mesón Dos Ríos o Los Chiquis como conocen a esta familia en el pueblo, es un lugar donde te han de llevar pues no está muy a la vista, ya que se encuentra en la antigua carretera. A mí me llevó Agus, motero de fin de semana que comparte afición con muchos de sus amigos y que los fines de semana buscan lugares donde descansar del paseo en moto, a la vez que toman un reconfortante almuerzo.
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El restaurante se encuentra situado en los bajos de una urbanización, tiene dos comedores, uno en el bar y otro más apartado, por ciento bastante grandes, cuando llegamos estaban bastante llenos de gente comiendo el menú lo que me causó muy buena impresión.
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Nada más llegar nos recibió uno de los Chiquis, José Manuel, al quien conocía Agustín. Nos sentamos en una de las mesas libres y nos dispusimos a tomar el menú del día, con una buena cantidad de primeros y una también gran variedad de segundos.
De primero Agus tomó paella y yo ensaladilla. Enseguida comprendí el porqué del lleno del restaurante: una cocina franca y muy bien cocinada, con muy buenos ingredientes. La ensaladilla estaba buenísima y con una curiosa presentación, la ración generosa. La paella era de mar y tierra, con conejo y algo de marisco, una gran cantidad de verduras de fondo y un excelente sabor, también una ración generosa; la probé y resultó muy de mi agrado, muy rica.
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Una vez dada buena cuenta de los primeros pasamos a los segundos, donde apareció una ración cada vez más dificil de encontrar en la gastronomía de nuestra región y que no hace tanto encontrábamos de una manera muy habitual en muchos restaurantes: asadurilla. Un plato que bien hecho resulta de mis favoritos. Siempre he sido muy de casquería, en mi casa se hacía de maravilla, mi madre y mi abuela lo guisaban como nadie. Esta que tomé en Dos Ríos no tenía nada que envidiar de las que yo comía en casa, buenísima.
Y por último dos postres que nos sorprendieron, un tiramisú y un canelón de moras, algo distinto y buenísimo. Agus también participó en las alabanzas a los dos postres y en lo excelente de la asadurilla.
En resumen, un lugar con un menú del día buenísimo, de buen precio según me dijo Agus pues yo no pagué, raciones generosas y un excelente trato, lo tiene todo. Volveremos en breve, seguro.