Hemos Comido…en Humanes, Madrid, en el polígono industrial donde me tocó montar las comunicaciones de esta delegación con la central.

Tras muchos años me encontré con uno de esos lugares castizos donde hacen comida casera, algo que me recordaba a mis viajes de crío y no tan crío a la capital del reino. Un restaurante familiar, con una cocina básica pero buena, y sobre todo comestible y con buen precio.

2015 12 Madrid humanes

Con un camarero castizo, utilizando ese lenguaje que conocí en los años 70 y 80 y del que todavía utilizo alguna que otra palabra, el cheli. El cheli es una jerga de Madrid principalmente juvenil, con auge a principios de los ochenta, ligado al prototípico pasota de movida madrileña y que todavía sigue utilizándose en determinados ambientes. Se caracteriza por ser un lenguaje relajado en sus formas, por tener elementos castizos y en ocasiones marginales y, sobre todo, por utilizar asiduamente disfemismos, lo que hace que se perciba como un habla contracultural y antiprotocolaria, y que esté bien arraigado por prácticamente toda la juventud madrileña.

2015 12 Madrid humanes

Comí con el personal del almacen donde estaba trabajando, es su lugar de comida habitual, ya había tomado en otra ocasión un pincho en este bar, en concreto de tortilla, que resultó enorme, jugoso y bien hecho. El menú tenía dos o tres primeros y otros tantos segundos, pero de los que no fallan y tan habituales en estos lugares. La auténtica paella mixta de carne y alguna gamba o marisco, de buen sabor y ración generosa, con grandes trozos de pollo y poco o nada caldosa.

2015 12 Madrid humanes

2015 12 Madrid humanes

Tras el triunfo de la paella, algo tan castizo como filetes de lomo adobados con patatas, lo que les piden los papás (que no quieren gastarse dinero en solomillo)  a los niños en la mayoría de los restaurantes con la excusa de que es lo único que les gusta y en muchos casos uno para cada dos, que comen poco.

2015 12 Madrid humanes

Aquí el filete gordito, bien hecho y de buen sabor. Este filete es algo que me encanta y si viene acompañado de unas patatas fritas artesanas mejor que mejor.

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En fin, una comida bien hecha, orientada al personal del polígono, por tanto contundente y a un buen precio 9,5€ incluyendo pan (un buen trozo) y la bebida habitual, agua, vino con Casera, etc.

También había postre con el menú alguno lo tomó, pero yo no.

Por El Mule

Pol. Ind. Holcar 28970 Humanes Madrid

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