Hemos Comido…en El Trebol, la tradicional comida veraniega de Mules. Esta vez hemos unido comida y sardinada, dos tradiciones de nuestra agenda.
Agosto 2014. Buscábamos sardinas, asador, un lugar cercano para poder ir en taxi y beber sin medida. Un lugar grande pues éramos unos cuantos, sobre 17, con buenas viandas y un buen servicio, así que reservamos en El Trebol, uno de los asadores clásicos de Cueto.
En verano el restaurante se complementa con una carpa enorme donde atender a la gran afluencia de visitantes que se dan cita por las noches en Cueto, atraidos por el bonito, las sardinas, los bocartes y un largo etcétera que complementa la oferta de los asadores, centrados en esta época en la brasa.
En El Trebol el local ha sido adaptado al estilo de las típicas sidrerías, con dos productos cántabros como protagonistas: la sidra cántabra Somarroza y la cerveza Cervezuca, que se elabora en Torrelavega.
Mientras esperábamos a reunirmos nos situamos en la barra donde tomamos unas sidras y unas cerevzas, que nos completaron con unos apertivos para ir abriendo boca: unos frutos secos y unas rabas.
Al final y con el follón a la hora de pedir, que se forma en estas reuniones multitudinarias, me «obligaron» a pedir a mí, así si hay protestas la culpa es mía y todos contentos.
La mayoría de los comensales continuamos con sidra, nos situaron estratégicamente en la mesa un par de artilugios sidreros y se limitaron a ir cambiando las botellas según se terminaban. Con la cerveza hicimos lo mismo, jarras de cerveza hasta que se terminaron y reposición inmediata.
Comenzamos con unas rabas de magano, acompañadas de cebolla, a mi la verdad es que la cebolla en las rabas me sobra, pero doctores tiene la iglesia. Bueno, las rabas estaban muy buenas que es de lo que se trata, justamente fritas, blanditas, bien escurridas y frescas.
Ensalada de tomate de Cantabria. Tomate, aceite y sal, uno de mis favoritos inicios de comida, esos tomates de Cantabria, carnosos y duros, sin llegar a estar maduros del todo. Un vicio.
Pimiento asados con bonito y espárragos. Unos excelentes pimientos asados a la brasa, con buen bonito nada seco más bien jugoso y unos buenos espárragos, aunque estos me sobraban. Estaba tan buena la mezcla anterior que el espárrago me sobraba.
Y algo a lo que no me pude resistir, tenían bocartes en la carta y está claro que cayeron, muy buenos y muy bien rebozados.
Y aquí el propósito de la visita, unas sardinas, chiquitinas y jugosas como debe de ser.
Chorizo criollo, que no me convenció. Estaba bueno de sabor y bien hecho, pero tenía una textura harinosa, servido con un chimichurri de buen sabor.
Fernando se tomó unos huevos con jamón, debido a una inesperada huelga de grasas y posterior dieta. Huevos con jamón y patatas, una sartenada. Buenos según su criterio.
Y para terminar unos entrecotes a la brasa. Una carne justa de punto con buena maduración, justa de grasa, blandita, acompañada de unos pimientos verdes caseros y unas patatas bien fritas, muy bueno.
Tambien hubo tarta de queso y Gin Tonic. La tarta no la probé, estaba bastante lleno. Nos invitaron a lo que consumimos en la barra, todo un detalle.
En resumen, el servcio bueno, las viandas buenas, sorpendentemente nadie protestó de nada, acojonado me quedé. La reunión una auténtica gozada, es de las pocas veces que nos reunimos la mayoría de los amigos, aunque no estaban todos, faltó alguno. Y en el precio no hubo sorpresas, lo que esperábamos.