Hemos Comido en Cuchía, en el Chiringuito, pocos lugares pueden mejorar las vistas de este lugar.
Cambio de tercio en el chiringuito de Cuchía, un lugar que siempre me ha parecido excepcional por sus vistas y su ubicación.
Actualmente su oferta gastronómica amplía generosamente su carta, con variedad de raciones para compartir, arroces, pescados y mariscos.
Un lugar donde puedes pasarte todo el día, desde el paseo mañanero hasta el atardecer.
Me ha resultado muy interesante la oferta de vinos de Cantabria, con una amplia selección de ellos y la preocupación de la dirección por ofrecer producto de cercanía, apostando por él siempre que esté disponible.
Comenzamos blanqueando cinco amigos, en la zona más orientada a raciones, un blanco de Cantabria, un Albariño que no conocía y que es originario de Cuchía: Centinela del Mar. Un buen vino, justo de acidez, con cierto toque salino muy agradable y en la línea de nuestros vimos. Una fenomenal opción para acompañar cualquier comida y aún más productos del mar.
Después de despedirnos pasamos al comedor dos comensales. Disfrutamos de unas navajas muy bien hechas, justitas de punto. Un buen comienzo.
Compartimos un sapito. Planchado a la perfección, lo justo, acompañado de unas patatitas. Se nota que se hace hincapié en tratar al pescado de la mejor manera posible y que el responsable de cocina sabe lo que se trae entre manos.
Para terminar, un arroz meloso con carrilleras bien cargado de estas. Ración para dos con la que come alguno más, elaborado en horno, se notaba la influencia de buen pimiento y el fino sabor de la carrillera. Al final hasta sobró arroz y nos lo ofrecieron para llevar a casa.
Terminamos a las tantas, delante de un combinado, esperando al atardecer, un día completo.