Hemos Comido… en La Cartería, cocina bien construida en un entorno navideño
Visitar La Cartería, en pleno Camino Real de Cartes, siempre es una buena excusa para volver a este municipio cántabro que, durante la Navidad, se transforma en un destino muy concurrido gracias a su imponente árbol de 65 metros. El ambiente festivo acompaña y convierte la experiencia gastronómica en algo aún más agradable.





Un inicio que marca el tono de la comida


Nada más sentarnos, Noelia nos recibió con un aperitivo que resume muy bien la intención del restaurante: mantequilla con anchoa y una cata de aceite alfafarenca Oro de Nasos, procedente del Valle del Guadalest.
La mantequilla con anchoa combina la untuosidad láctea con la intensidad salina del pescado curado, un contraste que funciona especialmente bien cuando se busca abrir boca sin saturar.
El aceite, elaborado con la variedad alfafarenca, destaca por su perfil aromático: afrutado intenso, notas vegetales, recuerdos de hoja de olivo, tomatera y hierba recién cortada. Un aceite que invita a mojar pan y que anticipa una comida centrada en el producto.
Entrantes: precisión y equilibrio

El primer entrante fue un steak tartar donde el corte de la carne está trabajado con precisión, manteniendo la textura adecuada para que resulte jugoso sin perder firmeza. El toque picante es moderado y los piñones, lejos de ser un añadido decorativo, aportan un matiz tostado que encaja muy bien con el conjunto. Un tartar directo, bien medido y sin exceso de ingredientes.


A continuación llegó el carabinero con crema de guisantes y velo de papada. La combinación entre el dulzor natural del guisante, la intensidad del carabinero y la untuosidad de la papada crea un contraste interesante. La cabeza del carabinero concentra buena parte del sabor, mientras que el cuerpo mantiene una textura firme y jugosa. Un plato que demuestra que mar y tierra pueden convivir sin imponerse uno sobre otro.
Platos principales: producto tratado con respeto

Mi acompañante eligió rape con espinacas, un plato donde el pescado conserva su textura tersa y su sabor característico. Las espinacas aportan frescor vegetal y acompañan sin restar protagonismo al rape, que se mantiene como eje del plato.


Yo opté por el bacalao en salsa de cocido, una elaboración que llama la atención por su capacidad para unir dos mundos: el bacalao en lascas, cocinado en su punto justo, y una salsa que recuerda al caldo del cocido tradicional. El resultado es un plato reconfortante, con matices profundos y una integración muy lograda entre pescado y salsa.
Postres y cierre
El postre consistió en chocolates y pudin,


Como detalle final, la casa ofreció un catavinos de vermut Camins a la Creu de Pedra, elaborado a partir de una base de Monastrell alicantina con aportes de vinos de largas crianzas y Macabeo joven. Un vermut complejo, con capas aromáticas que van apareciendo poco a poco.

Con el café, un toque tradicional: Golmajería, término riojano que hace referencia a los antiguos establecimientos donde se vendían dulces típicos. Un cierre amable y muy ligado a la memoria gastronómica.


Por El Mule
- 📍 Ubicado en: C. Cam. Real, 49, 39311 Cartes, Cantabria
- ☎️ 942 55 03 63
- 📱 Instagram: @restaurantelacarteria
