Comida de Navidad Cofradia de los Cocidos de Cantabria en el Mesón San Cipriano

El Mesón San Cipriano recibe el reconocimiento de la Cofradía de los Cocidos de Cantabria

La gastronomía de Cantabria tiene puntos de encuentro obligatorios para cualquier aficionado a la cocina de siempre, y el Mesón San Cipriano, en Mazcuerras, es sin duda uno de ellos. El pasado jueves, este establecimiento acogió la comida de Navidad de la Cofradía de los Cocidos de Cantabria, una jornada que sirvió para poner en valor la trayectoria y los recientes éxitos de sus propietarios, Rosa Vejo y Emilio Carral.

Reconocimiento a la cocina de tradición

El San Cipriano no es un desconocido para el gran público. En su haber cuenta con hitos recientes como el primer puesto en el programa «Batalla de Restaurantes» de Alberto Chicote y el premio a mejor cocido montañés en «La Ruta de los Pucheros», organizado por la Asociación de Hostelería de Cantabria. Estos galardones no son fruto del azar, sino de una ejecución técnica impecable que la Cofradía ha querido premiar con la entrega de su distintivo «Puchero de Barro».

Maridaje con vinos de la tierra

Antes de entrar en harina con los platos principales, la jornada comenzó con una cata dirigida por Alfonso Fraile. En ella se presentaron dos referencias que sorprendieron por su calidad:

  • Jornillo (Casona Micaela): Un blanco acogido a la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Costa de Cantabria. Un vino que destaca por su frescura y equilibrio.
  • El Hito (Bodegas Alto Ebro): Un tinto monovarietal de uva Tempranillo. A diferencia de otros tintos de la región, este vino muestra un carácter diferencial y una estructura muy definida que lo hace ideal para acompañar platos contundentes.

El menú: El cocido montañés y el cabrito al estilo Chelito

El plato principal, el cocido montañés, cumplió con las expectativas de los paladares más exigentes. Se presentó con una textura ligada, el punto de cocción de la legumbre perfecto y una presencia equilibrada de la berza. El compango, seleccionado con rigor, aportaba la grasa justa para realzar el conjunto sin saturar.

Como segundo plato, se sirvió el emblemático cabrito al estilo Chelito. Esta receta, que se mantiene intacta desde hace décadas, destaca por la ternura de la carne y la profundidad de su salsa, lograda mediante una cocción lenta que respeta los tiempos de la cocina de antaño.

Un punto de encuentro para el sector

Alfonso Fraile aprovechó el encuentro para recordar que el objetivo de la Cofradía es seguir visitando aquellos establecimientos que mantienen vivos los estándares de calidad de la cocina cántabra. La visita al San Cipriano no solo fue un acto social, sino una confirmación de que la comarca de Saja-Nansa sigue siendo un referente para quienes buscan el sabor auténtico del recetario regional.

Por El Mule

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