Hemos Comido…en Castro, en Capricho de Baco. Nos lo venía recomendando desde hace bastante Jorge López del Club del vino de Castro Urdiales, pero nunca encontraba donde aparcar, esta vez sí lo encontré.
Febrero 2013. El Capricho de Baco es un local especializado en vino… pero no es una vinoteca. Es algo más, un lugar de reunión, con cierto toque gourmet y una extensa colección de vinos. El local, nada más verle me gustó un montón, con un aire íntimo. Es más, me atreví a fotografiar el lavabo pues me pareció de lo más bonito.
El local ha resultado premiado en varias ocasiones por la Ruta del Pincho de Castro Urdiales.
Como nota curiosa, pedí carta para comer pues venía con un hambre de mil demonios y tenía antojo de carne. Además me habían hablado muy bien de la carne de este lugar. Llevaba desde las seis de la mañana sin probar bocado tras asistir al casting de MastetrChef. Rápidamente me cambiaron el mantel de papel del menú del día por un mantel de tela, a lo que les dije que no se preocuparan que no pasa nada por comer en un mantel de papel. Enseguida me dijo la camarera que tenía orden del jefe, que cuando se come a la carta hay que colocar un mantel de tela, acto seguido me trajeron la carta.
Enseguida me preguntaron por el vino, como había que conducir una copita y a correr. Me preguntaron si tenía preferencia por alguna denominación y les dije que me suele gustar más el Rioja, por lo que me recomendaron un Murillo Viteri Expresion. Un vino con un color rubí oscuro con tonos morados. Capa alta. Aromas primarios de uvas de tempranillo con matices de madera de roble, en boca persistente, muy natural.
Pedí de entrada una ensalada templada con foie jamon y setas. La cama de ensalada y su toque de vinagre en frio conjuntaban perfectamente con los pimientos y la zanahoria al dente. Pude distinguir tres tipos distintos de setas, unas de ellas muy sabrosas, creo que boletus. El foie también justo de punto. Me supo a gloria la ensalada, di buena cuenta de ella en un tiempo record, también acompañaban a los vegetales unos pequeñitos trozos de jamón bien frito. Recomendable.
Y de segundo entrecot. Como podeis comprobar no es un menú gourmet pero a mí me supo excepcionalmente bueno. La carne también era muy buena, con un buen corte, una justa maceración, blanda y con marcado sabor, perfecta de punto para mi gusto, justo como la pedí un poco más del punto. Acompañada de unas patatas fritas de las buenas y de un par de pimientos del piquillo, de bote pero con un toque de sarten lo que les hace bastante más agradables. En la muchos sitios abren el bote y directo al plato. Si se preocuparan un poco más en agradar al cliente se darían cuanta que por el hecho de pasarlo por la sartén varía bastante el resultado final y si ya les añade unos ajitos ni te cuento lo que puede cambiar el vegetal, como era el caso.
En resumen, el restaurante me parece un sitio ideal para tomar un menú o comer a la carta, con muy buena relación calidad precio. He perdido la factura y no me acuerdo de cuanto fue justamente, pero solo teneis que sumar la carta teniendo en cuenta que la ensalada era media ración. Me gustó muchísimo la decoración del restaurante y el trato profesional del servicio, así como el conocimiento de los vinos que tiene en la carta, bastante extensa. Por cierto, un detalle, el cocinero salió a preguntar a todos los comensales si nos había gustado la comida, lo cual dice mucho en su favor y más siendo la mayoria de las mesas de menú del día.
Ronda 15, 39700 Castro-Urdiales 942784626