Hemos Comido… en Cadelo. Me he acercado a comer con un buen amigo, hacía tiempo que no nos dejábamos ver por el local.
Yo sigo enamorado de su anterior ubicación, más pequeña, más incómoda pero más auténtica, donde solía comer, cenar o picar en la barra.
Acompañamos la comida con André Clouet Brut 2013, una buena elcción para un menú en el que vas a comer de todo y necesitas un vino versátil, si no quieres cambiar de vino en cada plato.
Empezamos con las ineludibles gambas. Buenísimas como siempre, es una ración que siempre incluyo en la comanda y que no perdonaría su ausencia en la carta.
Continuamos con lubina frita. Una fritura muy especial, crujiente, con ligero sabor a lima y un airecillo picante por el marinado de aji panca; el alioli de lima le va que ni pintado a la fritura. Muy recomendable.
Arroz con rabo y trompetas. Está de vicio, justo de punto, al dente y seco, con su pátina de socarrat, una delicia.
La lasagna sigue como la recordaba, si la seguimos pidiendo por algo será.
De postre bao de solomillo, ensalada de encurtidos y salsa tonkatsu. Resulta freso y vaporoso con un solomillo que se deshace en la boca, un final de cuento.