Una Bodega familiar en un entorno privilegiado
¿Y por qué no? Esa es la pregunta con la que nace esta bodega alrededor de una mesa y con una botella de chakolí recién descorchada. Ese fue el punto de partida para materializar este sueño, para muchos locura que, con el único objetivo de ver este proyecto convertido en realidad.
La bodega se encuentra en Ruiloba, un pequeño municipio de la Cantabria más occidental, rodeado de los Picos de Europa y el Mar Cantábrico. Un entorno que todavía conserva el sabor de lo rural y abierto a todo lo que sucede a su alrededor.
Desde su viñedo me asaltan muchos recuerdos. A tiro de piedra se divisa el Seminario de Comillas, donde estuve interno allá por los años setenta. Cómo es la memoria, selectiva y elegante a partes iguales; solo son buenos recuerdos, buenas vivencias, los malos se arrinconan, quizás por ser menos que los otros, en su camino hacia el olvido.
Algo parecido les pasa a esta bodega situada en Ruiloba. Desde sus viñedos, siete hectáreas repartidas entre este ayuntamiento y Santillana del Mar, se divisa el Cantábrico, imponente y bravo mar y que les hace olvidar todo el trabajo y sinsabores que el viticultor lleva a sus espaldas.
Tres socios con amplia experiencia en el terreno y la jardinería, deciden llevar a cabo otra de sus pasiones, el hacer vino y hacerlo bien, para deleite de propios y foráneos.
Todos los viñedos están situados a menos de 1 km del mar, orientación Norte y con pendientes de más de un 35%. La situación natural de las fincas, a priori, parece complicar este tipo de cultivos, sin embargo con el paso de los años, se ha podido observar que, con producciones más limitadas, la calidad e intensidad que alcanzan estas uvas es máxima.
Los Viñedos
San Esteban
Con 3.149 m2 cultivados, es la única finca que se encuentra fuera del municipio de Ruiloba, concretamente en Santillana del Mar, encima de las famosas cuevas de Altamira.
Se trata de una finca ensayo. Durante 2013 se plantaron las primeras cepas con 3 de nuestras 4 variedades:
Riesling
Hondarrabi Zuri
Albariño
Tussio
5000 m2 cultivados durante la primavera de 2013 junto a uno de los acantilados más bonitos de Ruiloba.
Esta finca ha sido cultivada con las variedades:
Hondarrabi Zuri
La Marina y Fonfría
Casi 7000 m2 cultivados durante el 2014 sobre un entrante de mar donde las cepas son salpicadas por el viento del oeste, consiguiendo que el sabor a mar penetre en las uvas de una manera sorprendente.
Esta finca ha sido cultivada con las variedades:
Hondarrabi Zuri
Algunas filas de Godello
Herbazoso
25.000 m2 de cultivo. Cepas del 2014, con unas vistas impresionantes desde más allá de Llanes, en nuestra vecina Asturias. Las montañas sobre el mar y viñedos testigos en primera fila.
Esta finca ha sido cultivada a partes iguales con las variedades:
Riesling
Godello
Hondarrabi Zuri
Finca del Castillo
10.000 m2 de finca cultivaa en 2016, con un microclima que ha hecho que el desarrollo de las cepas se haya producido de una forma espectacular.
Esta finca ha sido cultivada con la variedad:
Albariño
Peñacubina
15.000 m2 plantados en el 2017. Esta finca, vista desde la carretera, no aparenta lo que realmente es hasta que asciendes a su zona más alta.
Las variedades cultivadas en esta finca son:
Albariño
Hondarrabi Zuri
El trabajo del viticultor es arduo, duro; esto no lo duda nadie que conozca la viticultura en Cantabria. Pequeñas fincas o parcelas, con un desnivel del 35%, en pendientes, donde tus ojos y riñones apuntan al suelo y a las vides, donde tus manos acarician las hojas en busca de futuras enfermedades, para tratar con mimo esas uvas de Albariño, de Riesling, de Godello y de Hondarribi Zuri. Donde las plantas comparten tus pensamientos cuando te puedes poner de pie y divisas ese Cantábrico inmenso, bravo, abierto a culturas diferentes que a lo largo de la historia nos invadieron y que nos siguen visitando. Descansar la vista en ese infinito horizonte azul o verde, dependiendo de los días para, acto seguido, volver a mirar a la vid y recordarle lo afortunadas que son al vivir en un paraje tan privilegiado.
Mar de fondo vino blanco nace de una combinación de variedades Riesling, Hondarrabi Zuri, Albariño y Godello.
Una elaboración diferenciada de cada parcela, permite extraer todo el potencial de la tierra. La influencia que ejerce el mar en el fruto, ofrece como resultado piezas perfectas que ensamblan un vino fresco, aromático, de gran elegancia y sutileza pero complejo y equilibrado cuya estructura sorprende al tomarlo.
De color amarillo brillante, destacan en nariz las frutas cítricas con notas minerales y de flores blancas. En boca, se trata de un vino equilibrado, amplio y profundo, con buena acidez y un final marcado por su amable salinidad. Cantábrico en Estado Puro.
Este fantástico caldo es perfecto para acompañar productos del mar como pescados, mariscos. A su vez mantiene la personalidad suficiente para disfrutar también de arroces, pastas marineras, verduras, embutidos de pasta blanca, carnes blancas y quesos.
Tussío nace de una combinación de variedades Hondarrabi Zuri y Albariño. Una vez más, la influencia del Mar Cantábrico ofrece como resultado un vino fresco y aromático de un color brillante, que no deja indiferente a nuestros paladares.
Color amarillo limón, destacan en nariz aromas frutales, cítricos y manzano, con sutiles aromas florales. En boca se caracteriza por su frescura, acidez equilibrada ciertamente agradable.
Siempre he dicho que el vino nos tiene que decir de dónde es y quién lo elabora. En la bodega el Miradorio de Ruiloba es fácil esta premisa.
Su vino MAR DE FONDO, elaborado con una combinación de Albariño, Riesling, Godello y Hondarrabi Zuri, es un claro exponente de esta máxima. Fresco, aromático, elegante acidez, notas de mineralidad y siempre presente la salinidad que aporta el vecino Cantábrico. Trabajo, pasión y paisaje a partes iguales, embotellado para propios y foráneos, para gente de aquí o “papardos” que nos visitan. Acogido a la IGP Vinos de la Tierra Costa de Cantabria.
Su otro blanco, TUSSÍO, elaborado con 75% de Hondarrabi Zuri y 25% de Albariño; de color verde limón, como los limoneros que nos rodean. Aromas a manzana y a cítricos, algunas flores. En boca es fresco, ácido, joven; siempre presente la salinidad del Cantábrico.
Tienen un futuro muy prometedor por delante. Es cuestión de tiempo y de esfuerzo; lo tienen y lo ponen. Y del Mar Cantábrico; siempre del Cantábrico.
Se puede a visitar la bodega y conocer de primera mano los viñedos y el proceso de elaboración de los vinos. Una Bodega, en la que el respeto por la naturaleza y el rigor vitivinícola, unido a un marcado acento familiar fuertemente arraigado en la tierra. Se traslada a la visita en todo terreno hasta los viñedos localizados en la finca Herbazoso, situada en una zona de Ruiloba con unas vistas privilegiadas, desde donde podrás admirar la belleza natural del entorno.
Al finalizar la visita a las viñas se hace un visita guiada de la bodega, en la que se mostrarán las técnicas para la elaboración de estos vinos.
Como fional de la visita una cata de vinos de la bodega.
Ctra. Liandres al Castillo, s/n. 39527 Ruiloba (Cantabria) (+34) 942 722 622 (+34) 653 873 425 miradorio.com
Por El Mule y Alfonso Fraile
