Hemos Comido…en El Baruco de Anero. Ha habido un cambio de concepto, más orientado a gastrobar, pero sigue con todo su encanto y una cocina que te va a entusiasmar.
El Baruco de Anero cambió de manos hace ya tiempo, pero no me había desplazado a catarlo, hasta el día de hoy.
Ha pasado a regentarlo Cristian Periscal, un gallego muy particular, ofrece una carta muy atrayente, no muy extensa pero muy interesante, con novedades en la oferta a la que estoy acostumbrado y cierto influjo de la tierra de origen de la gerencia.
También te preparan un menú para que puedas disfrutar de la cocina en casi toda su extensión y a ese menú me apunté yo.
Empecé con unas croquetas de cocido. Con una bechamel bastante fluida y la clásica carne de tiras fruto de la cocción. Saborazo concentrado en una croquera, grande.
Continué con dos trozos de empanada gallega. Masa quebrada crujiente, templada como a mí me gusta, buenísima. Me doy cuenta de que hace mucho que no voy por Galicia y es algo que tengo que remediar.
Tartar de chuleta mostaza y pepinillos. Corte de cuchillo tirando a grande, sin agobiar de ingredientes, la mostaza muy sutil, menos es más, sobre un pan recién tostado, sabor real a carne que impera sobre el resto, riquísimo
Un Gin Fiz para limpiar y pasar a una segunda fase.
Huevo de Anero con puntilla queso pasiego ahumado y romero. Acompañado de pan de Oslé que quita el sentido, unté a rabiar, los cubiertos sobraban.
Canelón de calamar, papada jugo de ibérico y ñoquis. Indescriptible, me ha dejado con la boca abierta, un complejo mar y tierra de padre y señor mío.
Arroz de gamba roja, sepia y tuétano ahumado. El arroz estaba en un punto gelatinoso fruto de tuétano que además le aporta potencia, la gamba que le recubre aporta salinidad y dulzor con cierto toque yodado a mar. El arroz está de escándalo.
Para terminar, lasaña de pollo de corral al ajillo con parmesano y trufa. Aquí ya perdí los sentidos ya que no podía más, pero resultó muy de mi agrado, quizás lo más suave de toda la comida, yo lo habría servido antes que el arroz.
De postre tarta de queso horneada.
No creo que haya mejor maneda de describirlo: es un gustazo.