Comida en A banda, unos entrantes bien buenos y nuestro arroz favorito.
El día empezaba con un clásico del turismo nacional, el tinto de verano. Vno tinto Malabestia, La Casera y toneladas de hielo, como marcan los cánones guiris. Cuantro comensales, dos celiacos.
Croquetas de jamón (sin gluten). Buenísimas, como siempre, de verdad muy recomendables y algo que no puede faltar en el menú de un celiaco, por la dificultad de encontrar unas que merezcan la pena.
Nos sirvieron una ensalada de pimiento asado rojo y verde, tomate, ventresca y cebolla roja. Espectacularmente espectacular, muy apetecible y más en un día de tanto calor como el que nos ocupa. Nos encantó a todos, y eso que en principio no nos seducía la idea de la ensalada. Gracias por insistir, Tomás.
Maganos en dos texturas. Cuerpos plancha y cabezas fritas enharinadas (sin gluten), sobre cama de cebolla, una delicia.
Mejillones en salsa. Muy buenos, este tipo de mejillón en salsa es uno de los clásicos del tapeo de nuestra ciudad y no hay uno igual a otro, estos en concreto estaban brutales, sencillez, arraigo y esencia de Cantabria.
Para terminar el centro de la comida con una de las especialidades de la casa, el arroz con zancarrón. Tres raciones para cuatro comensales y así todo nos hemos llevado un tuper para la cena.
De postre una tarta de queso que hacen como nadie y una mousse de limón que solemos tomar aquí.