Hemos Comido…en Dos Ríos en Vargas, ha habido una reciente remodelación del local y una revolución en la cocina.
Marzo 2015. Un cambio en cuanto a apariencia y de disposición, manteniendo la parte tradicional de la cocina para su público fiel y evolucionando en ciertas elaboraciones no tan tradicionales.
Como había que conducir tomé una cerveza, mi acompañante tomó Señorío de Lazoiro, un albariño brillante y cristalino que desprende aroma a manzana y notas cítricas.
Comenzamos tomando dos platos de cuchara. Yo unos garbanzos con callos, una elaboración artesana y de gran sabor, algo dificil de encontrar en la oferta gastronómica cántabra. Me gustaron muchísimo, hacía bastante que nos lo tomaba y estos estaban especialmente buenos, poco especiados, con un caldo sabroso y bien ligado, acompañados de una cantidad suficiente de callos que aportaban el sabor característico de este plato.
Mi acompañante cocido montañés, una de las especiliadaes de la casa y en la misma línea que el guiso anterior, la alubia entera sin deshacer y de justo sabor.
A partir de aquí comenzamos con una serie de raciones compartidas no tan tradicionales. Comenzando con una ensalada de sarda en escabeche, suave escabeche a gusto del gran público acompañado de una cebolla confitada y diferentes verduras de ensalada. Una buena elaboración y un pescado de temporada cada día más presente en las mesas de los restaurantes por primavera.
Seguimos con unos crujientes de langostinos, muy crujientes por fuera y justos por dentro, acompañados de una poco tradicional salsa de mostaza, perfecto maridaje y muy agardable sabor.
Tosta de sarda, similar a la ensalada pero libre de la carga de verduras, más a mi gusto, solamente cebolla pochada y lomos de sarda en escabeche.
A continuación una ración de zamburiñas a la plancha, uno de mis mariscos preferidos de concha. Marisco y calor, sabor a mar; el limón sobra.
De plato principal yo tomé ravioli de pato con salsa de soja. Este fue, para mí, el descubrimiento del día. Los ravioli no son santo de mi devoción, suelen pecar de falta de sabor, cosa que a estos no les pasaba. Pasta fresca jugosa, un relleno de pato, con un marcado sabor tradicional y salsa de soja. Deleitoso, gozoso y placentero, todo un descubrimiento.
Mi acompañante se apuntó a algo más tracional como un entrecotte, bien hecho a su gusto, como lo pidió.
Solo tomé postre yo, una sorprendente bola de chocolate, sobre unas tierras de sobao, rellena de frutos secos, helado y peta zetas. Un postre diferente y agradable, este me lo guardo en la manga para la próxima visita junto a los ravioli.
Los Chiquis siguen haciendo una cocina excelente, tanto en su vertiente tradicional como con influencias más modernas. Por cierto, la factura no la tengo, pero esto formaba parte de un menú especial que tienen por 28€, cambiante dependiendo del mercado.
El Puente S/N 39679 Vargas 942598599