Hemos comido… En la Parrilla de San Lorenzo, Valladolid.
Ubicado en los bajos del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana (1596) y ocupado por Monjas Recoletas de San Bernardo, la Parrilla de San Lorenzo lleva más de 25 años (desde 1988) deleitando a Pucelanos y visitantes con sus salones, equipo de profesionales y sobre todo sus manjares de primera calidad.
Con una discreta entrada, el cliente novel se queda extasiado nada más entrar al ver la decoración interior. Son numerosos los huecos en los que la vista no para de encontrar diferentes lugares con una alta calidad estética, tallas, cuadros e innumerables objetos artísticos perfectamente integrados entre sus muros de piedra. A través de diferentes arcos, vamos pasando de un salón a otro hasta llegar a un aforo de casi 400 personas.
Esta capacidad no resta comodidad, puesto que tanto las mesas como las sillas son de una amplitud digna de mención y no tienes sensación de saturación. Como es martes no hemos reservado, pero si tenéis intención de visitarlo en fin de semana, como no reservéis, es posible que el cupo este repleto, el lugar es muy demandado.
En una anterior visita tuvimos el placer de conocer a José María Calvo, sumiller de la parrilla y hablando de dónde veníamos, nos rememoró que sus comienzos en el mundo de la hostelería fueron en Laredo hace ya “varios años”. Como en la vez anterior, hoy nos vamos a poner en sus manos en lo que a bodega se refiere. Nos enseña los salones y nos emplaza a que, después de la comida, nos enseñe la fantástica bodega que tiene este local.
Como no podía ser de otra manera, cuando nos adentramos en Castilla, en la primera comida manda el Lechazo. En la parrilla, aparte de ser como manda la tradición, en horno de leña, el lechazo que utilizan es Del Esgueva, ganado criado en los pastos de las orillas del río con el mismo nombre y muy apreciado por la zona. Otros platos fuertes de su horno son el Cochinillo del Páramo, Cabrito de la Sierra de Culebra o los Chuletones de Ávila o Sanabria.
El primer vino elegido por José María para los entrantes, va a ser un Dominio del Bendito el Primer Paso 2014, vino de Toro, con 6 meses de Barrica de Roble Americano y Francés.
Los entrantes seleccionados van a ser dos. Una ensalada de Bacalao con daditos de Tomate y sus Berberechos al Aceite de Pimentón caliente y un Escabechado de Caza compuesto por Capón, Corzo, Pato Azulón y Perdiz. Todos los platos son presentados en la mesa y posteriormente servidos individualmente, las presentaciones de 10 y las raciones muy bien distribuidas. Tanto la Ensalada como los Escabechados están deliciosos, quizás destacar el punto de Escabechado, al cual me voy aficionando cada vez más y es raro que no lo pruebe si está en carta.
Pasamos al plato principal, para este plato, José María nos aconseja maridarlo con un Vega Sauco crianza del 2010, al igual del anterior con D. O. Toro, éste crianza de Tinta de Toro ha sido envejecido en Barrica de Roble Americano y Francés 14 meses y un mínimo de 12 meses envejeciendo en botella. Más potente y adecuado para carnes.
Dos cuartos de Cordero del Esgueva se presentan en la mesa acompañado de la tradicional Ensalada de acompañamiento, en esta ocasión, aparte de la Cebolla Roja y la Lechuga, viene también con unas rodajas de Tomate. El punto y el crujiente dice casi todo de los años y la práctica en éste, para mí, manjar de primer orden. Porción de cuarto delantero, porción de cuarto trasero, pedacito pequeño y el Cordero pasa a la historia. El toque dulce lo van a poner las Monjas del Monasterio con su Tarta de Las Monjas, la cual, como suele pasar con estos postres, no te deja impasible. Dos cafés y dos infusiones, junto a unos chupitos de Duquesa, un Sherry de Pedro Ximenez, ponen el punto final a esta comida.
La factura final, incluyendo 4 vinos de Ribera Arzuaga que tomamos en barra al llegar, es de 179.42.
Pero este no es el final de nuestro paso por La Parrilla de San Lorenzo. El Sumiller José María Calvo, siempre atento en todo momento durante la comida tanto con nosotros como con el resto de los clientes, nos invita a conocer la bodega, sita en una de las estancias que se ven al pasar a los salones. Con un control de Luz y Temperatura, el cliente tiene la posibilidad de acceder junto al Sumiller a la sala y elegir el vino personalmente. Como el servicio está prácticamente terminado, pasamos casi media hora disfrutando de la sabiduría de una persona enamorada de su profesión, José María nos dice varias veces “Si os canso me lo decís, pero es que me apasiona” y sinceramente se me hizo muy corto.
La parrilla de San Lorenzo, parada obligada si quieres disfrutar de la buena gastronomía de Pucela.
Pedro Niño 1 47001 Valladolid 983335088