Hemos Comido…en Tragantua, que obstenta el título de Gran Taberna, aunque a mí me pareció una buena marisquería.
Decidimos picar por la multitud de bares que hay por la zona de los tubos zaragozanos. Me llamó la atención este, pues desde el exterior se podía ver lleno y con una buena oferta en la barrra; de modo que entramos y encontramos una mesa alta en una esquina que acababa de vaciarse, solo mesa, sin asientos.
Enseguida nos dimos cuenta de que disponía de una buena oferta de vinos en barra y entre ellos Mumm Cordon Rouge, que fue lo que tomamos.
La oferta visible era muy atrayente y casi que obligaba al comensal a participar de ella, ya que entraba por los ojos. Todo tenía un aspecto muy apetecible.
Al personal se le notaba que era de siempre, marcado por el carácter de personal profesional de sala, los camareros de antes, de los que ya se ven pocos y que hacen su trabajo como nadie.
Al final optamos por unas gambas de Huelva a la plancha. Estuvieron a la altura esperada, justas de punto y de muy buena calidad, un antojo de uno de los comensales, pues hacía mucho que no las tomaba, y que llevaba ya unos meses en Zaragoza.
Champagne y gambas, una combinación perfecta. Tendremos que volver para comprobar mejor la oferta, pues apuntaba buenas maneras.