Elaboración de Sobaos en Cabaña Pasiega y horno de leña. Organizada por Fun and Food Ocio Gastronómico, siendo esta la primera de la sección de Actividad del Mes para este año, la próxima tendrá lugar en febrero y pronto contaremos en qué va a consistir.
A las 10 de la mañana, del sábado 26 de enero quedamos en Selaya,municipio situado en el centro y oriente de Cantabria. Formábamos un grupo variopinto, de distintas edades, con varios niños, tan ansiosos como los mayores de tomar parte en una experiencia tan auténtica, allí nos encontramos también con Jesús, que se pasó grabando el vídeo de la actividad toda mañana, muy amablemente, en su línea de siempre.
En Selaya, nos esperaba Mª Angeles de sobaos Joselín, nuestra anfitriona, quien nos acompañó hasta la cabaña pasiega propiedad de su familia, donde se realizaría la actividad de elaboración de sobaos.
El Entorno
Desde Selaya, nos dirigimos por un camino serpenteante, con vegetación de un verde intenso, con cabañas pasiegas dispersas y animales domésticos por aquí y por allá, cabras, ovejas, burros y perros, interesados en descubrir mundo, más allá del cercado de la propiedad donde viven con sus amos.
Al llegar a la cabaña pasiega, situada en uno de los barrios de Selaya, llamado Pisueña, nombre cantarín igual que el río del mismo nombre y que recorre el valle de sur a norte, nos estaba esperando con una amplia sonrisa María, hermana de Mª Angeles y principal colaboradora en la empresa de su propiedad Sobaos Joselín.
En la cabaña, decorada con vigas de madera y distintos motivos rústicos y tradicionales, destacaba una antigua alacena, una gran lechera y la chimenea encendida, las dos hermanas, nos tenían preparada una amplia mesa con los” puestos de trabajo” necesarios para el número de participantes en la actividad, tanto grandes como pequeños. Cada uno tenía tres cuencos: uno con la mantequilla, otro con el azúcar y un tercero con harina y un paquetito de levadura. Nos habían pesado previamente las cantidades necesarias para elaborar nuestros sobaos.
Elaborando sobaos artesanos
La receta, se componía de 250 gr de mantequilla, de la buena, claro está, 250 gr de azúcar, 250 gr de harina, 15 gr de levadura, una cucharadita de miel y 3 huevos de casa.
A modo de introducción Mª Angeles nos habló brevemente de la historia de los pasiegos y de su familia, de cómo su madre inició el negocio de elaboración de sobaos. El sobao se consumía en contadas ocasiones o celebraciones en la comarca, al igual que la quesada, pero la madre de estas dos hermanas, para colaborar con la economía doméstica, pues por aquel entonces tan solo entraba en su casa, un pequeño sueldo del padre de familia, empezó a elaborar sobaos, que vendía en localidades cercanas. Cruzaba a diario el puerto de la Braguía llevando consigo una caja con tres kilos de sobaos elaborados por ella. Los principios fueron duros pero salió adelante no sin mucho esfuerzo y en los años 70, compró junto con su marido la casa familiar que hoy día es el obrador de Sobaos Joselín en Selaya.
Y volviendo a nuestra actividad, después de haberse puesto cada uno su correspondiente delantal y gorrito, tanto niños como mayores y guiados por Mª Angeles, empezaron a formar las cápsulas de papel alimentario, mediante una serie de dobleces, son los llamados “gorros”, que serían posteriormente, los contenedores de la masa de sobao.
Y manos a la obra, cada uno con su cuenco de mantequilla atemperada, empezaron a deshacerla entre los dedos, imitando la maestría de Mª Angeles. Una vez convertida en un líquido espeso, se añadió la miel y el azúcar y se removió la mezcla, nuevamente con las manos, con ligereza, con el fin de unir bien los ingredientes. Una vez lista llegó el turno de la harina junto con la levadura, la cual se añadió en dos o tres veces. La mezcla se siguió amasando bien con las manos, cada uno en su cuenco hasta obtener una consistencia de crema, la cual, cada uno introdujo la suya en su manga pastelera.
En ese momento, llegó José Manuel Carral, sobrino de Mª Angeles y María, autor del libro Pas, Pisueña y Miera, Los Valles Pasiegos y el mejor conocedor de los Valles, la forma de vida de sus antiguos habitantes, sus costumbres, paisaje y arquitectura civil, quien nos llevaría posteriormente a dar un paseo por parte de la Ruta de La Garma, una de las que realiza habitualmente en la zona pasiega.
Tras la entrada de José Manuel Carral, se fueron llenando los “gorros” con el contenido de las distintas mangas pasteleras. Y estos se colocaron en las distintas bandejas que fueron a parar al horno.
Esperando la cocción
Mientras esperábamos a que estuvieran listos los sobaos, nos tomamos un café acompañado de distintos bizcochos, que habían elaborado las dos hermanas previamente, abajo en Selaya, con distintas formas pero con masa de sobao Joselín, los cuales resultaron muy jugosos También dispusieron sobre la mesa galletas y un queso Divirín calentito para untar sobre pan. Se trata del queso estrella de la quesería La Jarradilla de Tezanos de Villacarriedo, donde innova desde hace tiempo, otro de sus sobrinos Álvaro Carral, hermano de José Manuel.
Un paseo inesperado
Después de tomar el café y con el olor a sobao inundando el valle, salimos guiados por José Manuel hasta una cabaña pasiega, donde nos explicó con su gran conocimiento y habitual fluidez verbal, los elementos característicos de este tipo de construcciones. La escalera de piedra, el volante, el colgadizo, la solana, el bargareto, el bodego, etc. Y posteriomente nos instó a continuar nuestro paseo hasta un cuvío, construcción muy sencilla, a modo de pequeña cueva artificial, realizada con piedras sin ninguna masa y situada en una zona donde se encuentra una “oruna” o corriente de aire frío. Y que era la “nevera” de los habitantes de los valles. La construcción estaba situada junto a una zona de pozas del río Pisueña, un lugar realmente idílico.
Tras esta interesante visita y al regresar a la cabaña de Mª Angeles y de María, estas ya tenían fuera del horno de leña, colocados sobre la mesa, todos los sobaos realizados esa mañana por el grupo, los cuales desprendían un maravilloso aroma a mantequilla, que envolvía todo el ambiente, resultando estupendos, más irregulares en sus formas que los realizados en serie, pero totalmente artesanos ya que fueron elaborados por las manos del variopinto grupo, que formamos grandes y pequeños, trabajando unidos bajo la batuta de Mª Angeles.
Finalizada la actividad, llevándose cada uno sus sobaos y encantados con la experiencia, nos despedimos de todos. El grupo se marchó encantado de la labor realizada por Mª Angeles y por María y emplazándonos a Carmen y a mi, es decir, a Fun and Food Ocio Gastronómico a organizar otra experiencia tan auténtica como la que tuvo lugar ayer en los Valles Pasiegos.
Desde Fun and Food queremos dar las gracias a Jesús por haber asistido a todo el desarrollo de la actividad y por haber grabado un vídeo tan completo sobre ella, aunque tenía otros compromisos pendientes. ¡Gracias Jesús, hasta la próxima que será pronto!
Por Paloma Sanchez