Hemos Comido…en El Rincón de Zeto, llevo mucho tiempo intentando entrar, pero siempre me surgía algo y nunca terminaba de hacerlo.
Febrero 2016. Es un sitio que me da buen rollo desde el exterior, había entrado un par de veces a tomar un vino, pero no terminaba de decidirme. Lo que siempre me ha llamado la atención es que pases el día que pases, y a la hora que sea, siempre se ve parroquia en la barra y siempre hay alguien comiendo en el comedor.
Esta vez tenían de cuchara, cocido lebaniego, pero al día siguiente marchaba para Liébana y no me apetecía. Me llamó la atención el chuletón de Angus y los arroces, aunque después no tome nada de esto.
El comedor está decorado con dos bonitas fotografías en color sepia de la bahía de Santander y del Palacio de la Magdalena visto desde Las Quebrantas, dos fotos muy autenticas y dos vistas de la bahia.
La carta es bastante extensa, compuesta por raciones y mucha oferta de marea, pescados y mariscos del día, también las carnes son una buena opción.
De entrada el pan destaca, de corteza hojaldradada y miga esponjosa, de buen sabor. Resultado del corte de una barra, no es pan descongelado y calentado. La primera impresión, por tanto, es buena.
Y seguimos con otras buenas impresiones, a la hora de pedir un blanco por copas me ofrecen dos tipos de blanco: Rueda o Rioja blanco, FlorenTius, algo dificil de ver en la oferta vinícola de nuestros hosteleros, blancos de Rioja. Un vino amarillo pajizo con destellos verdosos. Complejo en nariz, flores blancas, con un punto dulzón muy aromático que aporta la Malvasía. En boca es fresco, con buen paso y final largo. Persistente. Buen vino para beber fresco, a mí me acompañó durante toda la comida perfectamente.
Tenía una mesa sentada cerca y me apunté a su carro, angulas. Hacía ni sé de la última vez, tampoco es algo que me vuelva loco, pero decidí celebrar mi cumpleaños por anticipado. La ración estaba bien y el precio no era galáxico, caro sí pero no deshorbitado. Muy bien hechas, buena angula bien blanca y con un sabor justo de ajo y guindilla y por supuesto sin nadar en aceite. Muy bien elaboradas, las disfruté.
De segundo alcachofas con almejas. Almeja de cultivo pero de buen sabor y unas alcachofas frescas estupendas, muy buen punto de coccion y de exhultante sabor, con un pequeño toque de vinagre. Estaban de lujo.
De postre tarta de espuma de queso y me invitaron a una porción de queso, Saint Agur es un queso azul francés creado en 1988 por la Compagnie Fromagère de la Vallée de l’Ance. Proviene de una zona montañosa con gran tradición en la elaboración de quesos azules. Añeja durante 60 días en bodegas. No tiene ninguna corteza y está envuelto en papel de aluminio para prevenir que el queso se haga más azul.
Su textura es cremosa, suave, blanda y húmeda. Aparecen vetas características de moho color verde oliva. El sabor es fuerte y rico, a queso azul, pronunciado, cremoso, no picante y menos salado que otros quesos azules; recuerda a un roquefort suave. Su naturaleza ácida y cremosa está bien equilibrada de manera que no domina el sabor ácido, aunque esto depende de la edad del queso puesto que se hace más fuerte y especiado conforme envejece.
El lugar es todo un descubrimiento. Por cierto, me quedé con ganas de bacalao a la cántabra, las tajadas eran descomunales y la vista de la ración daba gloria. Esto lo dejo para la siguiente vez.
Peñas Blancas 7 39140 Somo 942510479