Hemos Comido…en el rey de la comida tradicional de Cantabria, en Casa Enrique en Solares.
Junio 2014. Una cocina de temporada basada en productos de Cantabria, con una amplia selección de productos cántabros elegidos con un criterio exclusivo, en el que prima el arraigo por la autenticidad con una tradición centenaria.
Un lugar de obligada visita en la gastronomía cántabra. En su carta encuentras platos tradicionales y caseros elaborados con recetas de hace mas de cien años, como el famoso carico montañés, (alubias rojas autóctonas), alubias blancas con tocino, morcilla y chorizo, ensalada de bacalao sobre tomate de Trasmiera y salsa vinagreta, pisto de calabacín a la vizcaína, bonito del norte estofado, lomo de bacalao en salsa de tomate casero, lengua con tomate, lengua rebozada o el tan típico postre de nombre tupinamba (claras de huevo y roca flotante de bizcocho-helado).
Este día venía con ansia de comida tradicional, así que no cabía ninguna duda de donde dirigirme. Me encontré con Enrique en la puerta y enseguida me situó en el comedor. Estuvimos hablando prácticamente toda la comida y dió la casualidad que el día anterior habían grabado el video que acompaña al pie del artículo, la receta de los famosos caricos guisados televisado en España Directo.
El lugar no ha cambiado nada desde mi última visita hace ya bastante y Enrique sigue siendo esa persona entrañable que te da palique. Como es habitual en el retaurante te sirven mantequilla de Cantabria, en concreto de la Pasiega de Peña Pelada, para ir abriendo boca, una excelente mantequilla de uno de nuestros mejores maestros queseros.
Tomé una copa de vino y él me colocaron el pan que suelen usar en esta casa, un pan distinto de habitual, de los llamados de brillo. Ya tenía pan, vino y mantequilla, justo para comenzar.
Cair Cuvée es una amable fusión de Tempranillo y Merlot, un Ribera crianza de nueve meses en barricas de roble francés y americano de entre uno y tres años. Bonito color cereza picota con ribete granate intenso. De capa media-alta muy brillante y tiene una fina lágrima. Una fruta negra madura con notas lácticas una buena acidez, definida y refrescante y una elevada sensación tánica.
Y al poco un pimiento rojo de Cantabria, asado en leña como debe de ser para esta calidad de solanacea, un buen chorro de aceite de oliva virgen y sal en grano gordo. Buenísimo, a la vista no podía ser de otra manera.
Comenzamos con el meollo de la comida, el plato fuerte, un carico guisado como hace cien años, en cocina de carbón y poco a poco. Puestos a remojo el día anterior con un poco de aceite y cocidas con sus verduras durante unas cuatro horas, más o menos. El resultado es este guiso que no necesita de ningún añadido cárnico pues le sobra sabor, al que habitualmente se le añaden unas piparras en vinagre. El resultado es brutal, una comida de lo más sana y nuestra. Por si quieres repetir te dejan un puchero con más caricos.
Yo siempre lo digo, si ha funcionado durante muchos años y la gente sigue pidiéndolo para qué vas a cambiar «Ley de Murphy: si funciona no lo toques«. Así que continuamos por el camino de una tradicional comida y hay algo que a mi siempre me ha encantado de Enrique, su lengua con salsa de tomate. Una casquería dificil de encontrar, un plato muy habitual en casa de mis padres y mis abuelos.
Una lengua límpia y blandísima, un tomate espectacular, la salsa era para ponerle un piso y el conjunto monumental (!!!Monumento¡¡¡ que diría Jose Luis López Vázquez).
De postre algo también muy típico de la casa: Tupinamba.
En resumen, no ha cambiado desde la última vez como debe ser en estos casos.
Estación 22 39710 Solares 942520073