Hemos Comido…en El Pasaje de los Nobles, vuelta tras casi cinco años y muchos cambios.
Mayo 2017. Me encontré con su dueña en el Basque Culinary y no tuve tiempo de hablar pues entrábamos en un aula para formar parte del jurado de la XV edición del premio Bacalao Giraldo y casi la dejé con la palabra en la boca. Así que un viernes (siempre dedico este día a hacer alguna incursión pues salgo del trabajo a las 14:30 y me da tiempo a moverme un poco) me dejé caer por este lugar.
La visita anterior no fue todo lo satisfactoria que cabía esperar, así que me acerqué a ver si había cambiado, el hecho de habérmela encontrado con parte del personal en San Sebastián me decidió.
Y allí me presenté, ciertamente que es un lugar bonito y agradable, dentro de un edificio característico de Santillana, una decoración integrada en el entorno y algo que cada vez es más difícil de ver en un restaurante y que a mí me encanta, mesas vestidas con mantel de tejido.
La carta se presenta en un agradable formato, similar a los antiguos libros de cuentas, es bastante extensa y predomina la cuchara; existe también un menú del día.
El servicio resulta muy amable y servicial, hacen que la visita resulte agradable en todo momento y siempre están dispuestos a informar con una sonrisa en la cara.
Comí a la carta, me sirvieron un cesto de pan de dos tipos diferentes y un grisini, un pan francés del habitual y un pan de centeno.
Enseguida me tomaron nota, aunque tardé bastante en decidirme pues había varias elaboraciones que me llamaban la atención y me picaba la curiosidad
Al final tomé unas pochas con langostinos acompañadas de un par de cigalas, almejas y un par de piparras que aportaban un toque de vinagre que le venía que ni pintado al guiso. Una elaboración suave por el tipo de legumbre y de marcado sabor a marisco, un guiso de cuchara muy bueno, me gustó.
De segundo tomé bacalao con espinacas, salsa de cítricos y pesto de almendras. La verdad que a mí el pisto me sobraba, pero el bacalao estaba de rechupete, una buena tajada de bacalao (cómo me gusta decirlo), hecha en su justísimo punto, se deshace en lascas iriscentes, la verdad es que al bacalao cuando está en este punto le sobra todo, aunque he de decir que las espinacas le acompañaban a la perfección. Un lujo de bacalao.
Después de terminar con el bacalao, me pedí una mousse de limón, con una presentacion diferente a las habituales y empecé a caer en la cuenta de la cantidad de detalles que hay en torno a la vajilla y la cubertería, muy cuidada y de buena calidad, se hace bastante énfasis en la presentación y todo está cuidado y estudiado. Por cierto la mousse estaba muy buena.
Como os decía antes, las presentaciones son muy particulares, hasta el café se presenta de manera diferente.
Para terminar un pequeño gin tonic, con pocos grados y de aspecto poco habitual.
En precio, un buen RCP. Haceros notar que ha habido un drástico cambio desde la última visita, en la cocina hay gente recién salida de la escuela con muchas ganas de hacer cosas y por lo que pude comprobar con buen mano y con ideas. Hay que seguir la trayectoria del lugar pues promete y resulta recomendable.
Carrera 6 39330 Santillana del Mar 653151144