El pasado viernes decidí acercarme a un nuevo restaurante de cocina griega en la ciudad. Aunque no había mesas libres, me ofrecieron un asiento en la barra, lo que terminó siendo una oportunidad perfecta para conversar con el personal y dejarme guiar en un terreno prácticamente desconocido para mí: los vinos griegos y una carta breve pero auténtica.
La bienvenida llegó con un cuenco de aceitunas griegas, variedades que no reconocí pero que marcaban el tono de lo que estaba por venir: un recorrido por sabores distintos a los habituales.
Primeros platos griegos: de la soutzoukákia a la moussaka
Comencé con un plato llamado soutzoukákia smyrnéika, albóndigas especiadas servidas con salsa de tomate, yogur y pan. La combinación resulta sorprendente: las especias realzan la carne, mientras que la acidez del yogur suaviza y refresca el conjunto.
El segundo paso fue una moussaka, probablemente el plato griego más reconocido fuera de sus fronteras. La receta tradicional combina capas de patata, berenjena, carne picada y bechamel gratinada. Se trata de un plato que recuerda a una lasaña mediterránea, pero con ingredientes y matices muy característicos de Grecia.
Probe un atipico queso feta de oveja, potente muy en contra de lo que yo creia.
Postre imprescindible: yogur griego auténtico
Para terminar, no podía faltar el yogur griego, denso y cremoso, muy diferente a las versiones comerciales a las que estamos acostumbrados. Este tipo de yogur se obtiene al colar el suero de la leche, lo que concentra su textura y lo convierte en un final perfecto después de platos contundentes.
El descubrimiento de los vinos griegos
Uno de los aspectos más fascinantes de la velada fue la oportunidad de probar diferentes vinos griegos, algunos de ellos muy poco conocidos en España.
- Retsina: un vino blanco que se distingue por la adición de resina de pino durante su fermentación. Esta técnica tiene más de 2.000 años de historia. En la Antigüedad, el vino se almacenaba en ánforas de arcilla selladas con resina para evitar la oxidación. Aunque hoy se utilizan barricas de roble y depósitos de acero inoxidable, la tradición de añadir resina se mantiene en algunas elaboraciones modernas, otorgando al vino un aroma inconfundible a pino.
- Sokos Cabernet Sauvignon – Merlot: un tinto de carácter más internacional, con cuerpo y complejidad, que contrasta con la frescura de los blancos griegos.
- Sokos Malagouzia: vino blanco de la variedad Malagouzia, considerada una de las uvas autóctonas más interesantes de Grecia. Su estilo recuerda a los vinos mediterráneos secos, como algunos blancos de Málaga, con aromas herbales y cítricos.
Variedades de uva para elaborar Retsina
El Retsina se elabora principalmente con variedades tradicionales como:
- Savatiano: uva resistente a la sequía, predominante en la región de Ática.
- Assyrtiko: probablemente la uva griega más famosa, con marcada acidez y gran versatilidad en maridajes.
- Rhoditis: variedad de piel rosada, cultivada también en Bulgaria, utilizada históricamente para este estilo de vino.
- Athiri: conocida por sus notas cítricas, especialmente a limón, muy habitual en la isla de Rodas.
Un viaje gastronómico a Grecia sin salir de la ciudad
La experiencia en este restaurante me permitió conocer no solo platos típicos como la moussaka o el yogur griego, sino también acercarme a un mundo enológico poco explorado en España. Los vinos griegos, con técnicas ancestrales como la del Retsina y variedades autóctonas de gran personalidad, son un campo abierto para quienes disfrutan descubriendo nuevas culturas a través de la mesa.
Sin duda, volveré para seguir recorriendo esta carta breve pero llena de especialidades que conectan con la tradición gastronómica griega.
Por El Mule
- 📍 Ubicado en: C. Marcelino Sanz de Sautuola, 19, 39003 Santander, Cantabria
- ☎️ +34 942 69 05 60
- 📱 Instagram: @ygriegogastrobar