La patata ese ingrediente básico de la cocina española y que cada vez es más difícil de encontrar en su estado natural, no me cansare de decirlo, pelar cortar y freír, pero la mayoría de las veces es abrir bolsa y a la freidora, no es este el caso pero es algo que reivindico cada vez que tengo ocasión.
Es un sitio muy peculiar, tanto por su reducido espacio con apenas siete mesas desde las que puedes ver como se cocina. Siempre que vuelvo se me plantea el mismo dilema que sartén elegir, en la última ocasión opte por una negra, patatas morcilla y huevos fritos, mi acompañante por una granate patatas huevos y jamón pero también las hay de jijas, queso azul, gulas.
Tras acabar con todas las patatas fritas del plato que cuesta lo suyo, llega el momento de los postres. Y si hay alguno que a mi modo de ver destaca es sin duda la tarta de chocolate a la crema de orujo. Una deliciosa crema de chocolate y bizcocho con crema de orujo.
El servicio de lo más amable y simpático. Es el típico sitio donde puedes ir a cenar el día que no te apetece hacer cena y por un precio asequible pasas un buen rato y disfrutas de una cena de lo más agradecida. En cuanto al precio muy comedido.