Hemos Comido…en Papanao, el local de los contenedores. El curioso nombre responde a las iniciales de sus cuatro propietarios.
Febrero 2019. Un bar abierto a la calle, coronado por unos contenedores, en el que te encuentras con una barra bien surtida de pinchos, una carta de mucho picoteo, algún guiso diario y también para alternar a base de copas pasada la media noche.
Llevaba bastante tiempo con ganas de acercarme, pero no me fue posible hasta esta ocasión, además venía con el aliciente de haber visto la carta en redes sociales y ya sabía qué pedir, a tiro hecho que se dice.
Mientras esperaba a que me tomaran la comanda, me sirvieron una croqueta de tapa.
Si te asomas a la barra esta suele estar decorada con una buena batería de pinchos
Enseguida me tomaron nota y empecé con el primero, del que ya venía babeando desde primera hora de la mañana pues lo había visto en Facebook y me había llamado la atención.
Judiónes con carrilleras. Una salsa muy potente, cuasi de carrilleras, algo más ligera, y un par de carrilleras de porcino. El judión había tomado sabor de la salsa y el resultado era un buen guiso, bueno en cuanto potencia y sabor. Las carrilleras estaban muy blanditas, pura mantequilla, y enteras, yo las partí o más bien las deshice. Un buen guiso de invierno.
De segundo bacalao. Luego me enteré de que es una de las especialidades de la casa. El taco de bacalao es de gran calibre y su grosor también, cocinado en su justo punto, acompañado de un poderoso pil pil y de una especie de tortilla rellena de pisto que resultó deliciosa, aportaba un excelente sabor al conjunto.
La dos elaboraciones resultaron generosas y me costó acabarlas, ya que fuera aparte del tamaño eran de subido sabor, pero no desfallecí y logré terminarlo, eso sí tuve que renunciar al postre.
Papanao se postula con un menú y unas raciones de muy buena hechura, clásica sin rodeos, donde a la par de un buen producto aporta una buena cocina.